Así se lo comunicó hoy Sarkozy al presidente chino, Hu Jintao, durante una entrevista bilateral celebrada en Toyako, en la isla de Hokkaido (norte de Japón), donde se celebra el encuentro de los líderes de los países más ricos del mundo.

El Elíseo señaló que Sarkozy confirmó hoy a Hu su intención de asistir a la inauguración de los Juegos y destacó en la reunión los valores de "paz, amistad y fraternidad" que van asociados a las Olimpiadas, por cuyo éxito abogó.

"El jefe de Estado marcó la voluntad de Francia de continuar profundizando su relación con China, su socio estratégico, en todas sus dimensiones", apunta el comunicado divulgado en Japón a los medios que cubren la cumbre del G8.

A raíz de la violenta represión de las manifestaciones en el Tíbet el pasado marzo, Sarkozy había indicado que todas las opciones estaban abiertas sobre su viaje a Pekín y había condicionado su presencia a los avances del diálogo entre las autoridades chinas y el Dalai Lama, líder espiritual tibetano.

En China ha habido protestas en los últimos meses contra Francia tras el accidentado paso de la antorcha olímpica por París, que fue interrumpido por parte de grupos de apoyo al Tíbet.

A comienzos de este mes, el propio Sarkozy había dicho que anunciaría su decisión durante el G8 y que si las autoridades chinas y el Dalai Lama reconocen que hay "progresos" en el diálogo en curso, "se eliminará el obstáculo" para su asistencia a la apertura de los Juegos.

Como contrapartida, se prevé que Sarkozy se reúna con el Dalai Lama el próximo agosto durante una visita que el líder tibetano hará a Francia.

Aunque no era oficial, en Francia se esperaba que el presidente acudiese finalmente a la ceremonia inaugural de los Juegos y la prensa ya había publicado que el viaje oficial estaba previsto e iba a ser anunciado esta semana en Japón.