África y algunas naciones asiáticas miran estos días con expectación a Japón, donde ayer comenzó la reunión del G8, de la que sin embargo no se esperan grandes compromisos. Los líderes del continente más pobre del planeta instaron a las ocho potencias a mantener las promesas de ayuda y frenar la crisis alimentaria, precisamente uno de los temas más escuchados y discutidos en la jornada inicial. En este sentido, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, urgió a los presentes cumplir los Objetivos del Milenio y el Banco Mundial propuso a Estados Unidos y la UE reducir la producción de biocombustibles.

Esta cumbre llega precedida de cautela y, según algunas voces, pesimismo. Pese a que el cambio climático figura en rojo en la agenda de estos tres días, los países más ricos previsiblemente no se pondrán de acuerdo a este respecto, inmersos todavía en el entramado proceso de ratificación de la ampliación del protocolo de Kioto. Asimismo, otro de los temas a discutir es el de la crisis provocada por los crecientes precios del petróleo y de los alimentos, asunto que precisamente trataron los líderes internacionales con sus homólogos africanos durante una comida.

Los mandatarios de Argelia, Etiopía, Ghana, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Tanzania, compartieron mantel y conversación con los de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia. Según el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores japonés, Kazuo Kodama, "algunos líderes africanos simplemente querían subrayar que aunque aprecian el compromiso de los líderes del G8 para ayudar a África adquirido en cumbres pasadas, también quieren señalar que les gustaría ver esos compromisos plenamente cumplidos". En la cumbre de 2005, las ocho potencias acordaron doblar la ayuda a unos 31.000 millones de euros, de los cuales la mitad irían a parar a África. Sin embargo, un reciente informe expuso que estos compromisos se quedarían a unos 25.000 millones de euros de las inversiones inicialmente planificadas.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, también presente en los encuentros, afirmó que los líderes discutieron un sistema para rastrear mejor la asistencia y asegurar el cumplimiento de las promesas. Además de incidir en la necesidad de atajar el alza de los precios de los alimentos, Zoellick instó a EE UU y Europa a "adoptar acciones para reducir los mandatos, subsidios y tarifas que beneficien al grano y el aceite destinado a los biocombustibles", según informaciones de la BBC. No en vano, el precio del grano se ha duplicado en un año y numerosas voces han señalado al auge de los biocombustibles como parte de su causa.

Paralelamente a las primeras reuniones, miles de manifestantes se concentraron ayer en Japón para protestar por que ocho países tomen las decisiones en cumbres de esta índole. Las fuertes medidas de seguridad trataron de mantener a estas personas a varios kilómetros de distancia del lugar de reunión, lo que originó incidentes entre los manifestantes y los agentes.

En el interior de las instalaciones se pudieron escuchar las declaraciones de los distintos líderes internacionales y sus propuestas, mientras el secretario general de la ONU les emplazó a adoptar medidas ante los tres principales retos que debe afrontar el planeta a nivel global. "El mundo afronta tres crisis simultáneas: una crisis alimentaria, una crisis climática y una crisis de desarrollo", afirmó Ban en rueda de prensa.