La segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que consagra el derecho ciudadano a portar armas, volvió ayer a servir de bandera frente a los críticos de este tipo de objetos, presentes a menudo en sucesos luctuosos a lo largo del país. El Tribunal Supremo declaró ayer de forma concreta por primera vez que la Carta Magna protege este derecho y que, por tanto, no permite la completa prohibición de su uso. Por ello, la ajustada decisión ve ilegal el control armamentístico establecido en Washington D.C.

La decisión, la primera de esta índole desde 1939, contó con la única diferencia de un voto, cinco favorables frente a cuatro contrarios. Uno de los magistrados de la mayoría, Antonin Scalia, recalcó que la Constitución no permite "la absoluta prohibición de las pistolas mantenidas y usadas para la autodefensa doméstica", según informaciones de "The New York Times". En particular, se refiere a la normativa de Washington a este respecto, aunque Scalia escribió que la decisión no ha de tomarse como una carta blanca en el caso de "criminales y enfermos mentales, o leyes prohibitivas para portar armas de fuego en lugares sensibles como escuelas y edificios del Gobierno, o leyes que impongan condiciones y calificativos para la venta comercial".

Por su parte, el disidente John Paul Stevens, se remontó 200 años atrás para explicar que los defensores de decisión adoptada ayer serían capaces de hacer creer "los legisladores decidieron limitar los instrumentos para elegir a las autoridades de cara a regular los usos civiles de las armas". Lo cierto es que la sentencia da la razón a quienes veían excesiva una ley de la capital, Washington D.C., que impedía a sus habitantes tener un arma de mano. El alcalde de esta ciudad, Adrian Fenty, se mostró "decepcionado" por entender que el texto "implica más violencia", pero el portavoz de la Casa Blanca, Tony Frato, habló en nombre de la Administración para declararse "encantado".

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Nacional del Rifle, Wayne Lapierre, aplaudió lo que considera "un gran momento de la historia Americana". "Nuestros padres fundadores escribieron y pretendieron la Segunda Enmienda para que se convirtiese en un derecho individual", agregó a continuación.

El candidato demócrata, Barack Obama, valoró esta decisión, que "protege el derecho de los individuos", pero puntualizó que la sentencia también contempla que este permiso "no es absoluto y está sujeto a regulaciones razonables promulgadas por las comunidades locales para mantener las calles a salvo".