Fuentes castrenses tailandesas indicaron que las víctimas mortales son ochos militares, un policía y un civil, y señalaron que el aparato se estrelló y luego hizo explosión en la provincia de Yala.

Los ataques con armas ligeras, asesinatos y atentados con bomba se suceden a diario en las sureñas provincias de Narathiwat, Pattani y Yala, que son de mayoría musulmana, pese al despliegue de 31.000 agentes de las fuerzas de seguridad.

El Gobierno reconoció por primera vez a comienzos de año la existencia de vínculos entre la red terrorista Al Qaeda y los insurgentes del sur, y admitió que la situación ha empeorado desde que éstos reciben armas y dinero procedentes del narcotráfico.