Qatada abandonó esta noche la cárcel de alta seguridad de Long Lartin (Worcestershire, centro de Inglaterra) donde permanecía recluido, después de que la Comisión Especial de Apelaciones para Inmigración (SIAC, en sus siglas inglesas) decretase en mayo pasado su libertad bajo fianza.

De origen jordano y cuyo verdadero nombre es Omar Mahmud Mohammed Othman, Abu Qatada tendrá que observar ahora un arresto domiciliario durante 22 horas al día, además de llevar un dispositivo electrónico y no poder relacionarse con una serie de personas, entre ellas Bin Laden.

Detenido en el Reino Unido desde 2002, el clérigo ganó en abril pasado un recurso de apelación presentado contra la decisión del Gobierno británico de deportarle a Jordania, que lo reclama por su implicación en unos atentados terroristas.

El Tribunal de Apelación fundamentó su resolución con el argumento de que el imputado podría ser juzgado en Jordania sobre la base de pruebas obtenidas mediante tortura.

La ministra británica del Interior, Jacqui Smith, se mostró hoy "muy decepcionada" porque la Justicia conceda la libertad a Qatada, pese a las restricciones de movimientos que pesan sobre él, y añadió que el Gobierno tratará de que los Jueces Lores, la máxima instancia judicial en el Reino Unido, revoquen el fallo contrario a la deportación.

"La prioridad del Gobierno es proteger la seguridad pública y la seguridad nacional y tomaremos todos los pasos necesarios para hacerlo", afirmó.

El Gobierno británico acusa a Qatada de tener "conexiones establecidas desde hace tiempo" con Al Qaeda y diversos grupos radicales islámicos como el egipcio "Yihad".

Una vez puesto en libertad, el clérigo tendrá que llevar un dispositivo electrónico y permanecer en su casa durante 22 horas al día, además de tener prohibido mantener cualquier relación con una serie de personas, entre ellas Bin Laden.

La lista, especificada en la orden de libertad bajo fianza, incluye también al "número dos" de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, y el argelino Rachid Ramda, condenado a cadena perpetua en Francia por haber financiado tres atentados islámicos en el metro de París en 1995.

Qatada, que tampoco podrá relacionarse con el clérigo radical Abu Hamza, fue calificado por el juez español Baltasar Garzón como el "embajador" de Osama Bin Laden en Europa durante una investigación sobre las conexiones españolas con los atentados del 11 de septiembre de 2001 perpetrados en EEUU.

El clérigo radical ha negado esas acusaciones y ha insistido, incluso, en que no conoce a Bin Laden.

Qatada tampoco podrá utilizar teléfonos móviles, ordenadores o cualquier otro sistema de comunicación, además de tener prohibido mantener abiertas más de una cuenta bancaria.

Además, deberá pedir permiso al Ministerio del Interior del Reino Unido para recibir visitas en su domicilio, con excepción de familiares, abogados, servicios de emergencia y niños menores de diez años.

Asimismo, no podrá asistir a ninguna mezquita ni dar plegarias, ni liderar oraciones o facilitar instrucción religiosa, excepto a su mujer y sus hijos, además de tener prohibido publicar documentos o hacer declaraciones sin permiso de las autoridades británicas.

Qatada fue condenado a cadena perpetua en Jordania por su implicación en unos atentados terroristas en 1998.

Nacido en 1960, Abu Qatada consiguió en 1994 asilo político en el Reino Unido, adonde llegó un año antes con un pasaporte falso desde los Emiratos Árabes Unidos después de escapar de su país de origen.