Numerosos agricultores realizaban hoy cuatro bloqueos totales y 25 parciales en carreteras del interior, al iniciarse el cuarto paro del campo en poco más de tres meses, que consiste en el cese de la comercialización de productos agropecuarios, con excepción de artículos lácteos y perecederos.

Al anunciar anoche la huelga, que durará hasta la medianoche del miércoles, las cuatro mayores asociaciones agrarias del país aclararon que la medida no contempla el corte de rutas, sino el control de cargas de camiones.

Pero las bases decidieron retomar las protestas tras el clima de máxima tensión que tiñó este sábado al conflicto iniciado hace 96 días por cambios impositivos para la exportación de granos.

"El campo mantendrá su protesta el tiempo que sea necesario", advirtió hoy el dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA) Alfredo De Angeli, que ayer fue detenido durante unas siete horas junto a otros 18 agricultores, durante los incidentes con agentes de la Gendarmería cuando productores y transportistas se negaron a liberar una ruta en la provincia de Entre Ríos.

"Estamos con mucha preocupación porque esto no se resuelve y tenemos una posición muy dura que no vamos a aflojar y el Gobierno no quiere escuchar al pueblo", manifestó De Angeli, en declaraciones radiales, luego de ser liberado, mientras era esperado por numerosos campesinos en la carretera 14.

El jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, aseguró hoy "si alguien ha escuchado y cambiado cosas (en el conflicto) es el Gobierno" y consideró que "hay sectores" que utilizan esta crisis para generar un "clima de desestabilización" en el país, uno de los principales exportadores mundiales de granos.

"Acá hay un aprovechamiento con vocación golpista. Algunos sectores presentan el tema como una disyuntiva de continuidad del Gobierno", alertó el jefe de Gabinete, quien volvió a defender los aumentos impositivos que detonaron el conflicto y culpó al campo de la falta de diálogo con el Gobierno de Cristina Fernández.

A los bloqueos que realizan los productores se sumaron este mes los transportistas de cereales que reclaman la reanudación del diálogo entre el campo y el Gobierno para poder volver a trabajar.

Un sector de los transportistas levantó hoy los cortes para festejar el Día del Padre, aunque advirtieron que este lunes retomarán las medidas.

Los incidentes entre gendarmes y manifestantes se produjeron después de que el Gobierno anunció el viernes que garantizará la libre circulación de mercancías, tras el desabastecimiento producido por más de 300 bloqueos.

Los enfrentamientos provocaron numerosos cortes de carreteras en el interior del país y "cacerolazos" en distintos barrios porteños.

Cientos de personas realizaron una protesta frente a la Quinta Presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, adonde llegaron más tarde manifestantes oficialistas que desalojaron en forma violenta a los contrarios al Gobierno, mientras la presidenta celebraba una reunión con parte de su gabinete.

El dirigente piquetero Luis D Elía convocó anoche una movilización para apoyar al Gobierno en la Plaza de Mayo, a la que asistieron miembros de organizaciones sociales afines al Ejecutivo y en la que apareció de forma sorpresiva el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) junto a ministros.

Los prolongados bloqueos de caminos durante el conflicto han llevado a una situación crítica a vastas regiones de Argentina, donde ya se siente la falta de combustibles, la escasez de alimentos básicos, los problemas en la provisión de medicamentos y una caída en el turismo.

De hecho, los conductores de autobuses de larga distancia, reunidos en la Unión Tranviarios Automotor (UTA), realizaron ayer un paro total de actividades en demanda de una solución del conflicto.

"No hay razón para entender como Argentina ingresó en esta crisis. El conflicto aceleró el tema inflacionario, el frente fiscal y la cuestión energética", advirtió hoy el economista Javier González Fraga.