La visita efectuada por el presidente estadounidense, George W. Bush, al Vaticano, ha roto moldes. El Papa Benedicto XVI recibió al dirigente norteamericano fuera de su estudio privado, en una dependencia de los jardines vaticanos, algo inédito en una reunión con un jefe de Estado. De esta forma, Ratzinger quería agradecer "la calurosa y especial acogida" dada durante su reciente viaje a Estados Unidos, que coincidió precisamente con su cumpleaños. Bush calificó esta deferencia de "honor", mientras que la dilpomacia vaticana tildó de "cordial" un encuentro en el que se abordaron temas de política internacional y social.

Habitualmente, el Papa ofrece una reunión privada en la Biblioteca pontificia, pero con su "regalo" de cumpleaños aún en la memoria, decidió trasladar el encuentro con Bush, que realiza su gira europea de despedida como presidente, a la torre de San Juan, dentro de los Jardines Vaticanos. Allí, ambos dirigentes pasearon por el jardín y disfrutaron del Coro de la Capilla Sixtina. Asimismo, Bush regaló al Papa una fotografía con un autógrafo y un álbum de fotos de su viaje y el Pontífice le entregó también una foto firmada y cuatro volúmenes sobre la Basílica de San Pedro.

Por otra parte, el presidente de EE UU, George W. Bush, aseguró ayer que los lazos de su país con Europa son "más firmes y vibrantes que nunca", una vez superados los desacuerdos debidos a la guerra en Irak. Bush pronunció ayer un discurso ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).