Francia y Alemania unirán sus esfuerzos para apoyar la propuesta de la Comisión Europea de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los automóviles que se fabriquen a partir de 2012, pese a sus críticas iniciales y a polémica creada en la UE. Al término de las consultas franco-alemanas celebradas ayeren la ciudad bávara de Straubing, la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy anunciaron que no sólo apoyarán la propuesta de la Comisión sino que irán más allá.

"Se ha producido un importante avance", dijo Merkel, que no entró en el contenido del mismo, cuyos detalles son responsabilidad ahora de sus respectivos ministros de Economía, Industria y Medioambiente. Destacó que "con el acuerdo alcanzado hemos abierto la puerta a un interesante debate que podrá desarrollarse durante el semestre de presidencia francesa" de la Unión Europea (UE), que comienza el 1 de julio.

Sarkozy confirmó que el llamado "paquete de energía y clima"será una prioridad en el semestre de presidencia francesa y añadió que no le había importado ceder en favor de la industria alemana, pues "he entendido su interés en diferenciar entre los coches de gama alta y económica". La CE propuso a finales del año pasado reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a los 120 gramos por kilómetro de media para los vehículos nuevos vendidos en la Unión a partir de 2012, frente a los 160 gramos actuales.

Alianza franco-germana

Francia consideraba que esa propuesta no era equitativa y suficiente en términos ecológicos, mientras que Alemania la criticaba por entender que perjudicaba a su industria de gama alta en favor de los modelos económicos de fabricación italiana y gala. Merkel y Sarkozy indicaron que el encuentro de ayer puso una vez más en evidencia la capacidad de diálogo entre Berlín y París y la vigencia de la alianza franco-alemana, que dijo, "se manifestará durante nuestra presidencia común". "Francia apoyó a Alemania y nosotros esperamos el apoyo de Alemania", subrayó Sarkozy y adelantó que "todas las propuestas de la presidencia francesa común serán propuestas franco-alemanas".

También la respuesta será común en el supuesto de que los irlandeses rechacen en referendo el Tratado de Lisboa, posibilidad "hipotética pero que tenemos en cuenta".