Naciones Unidas y el Banco Mundial acordaron hoy la creación de un grupo de trabajo especial para afrontar la crisis provocada por la subida sin precedentes del precio de los alimentos. En este contexto el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido a los países más ricos donaciones urgentes por valor de 2.500 millones de dólares para hacer frente a una crisis alimentaria de dimensiones desconocidas. Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellik alerta que la crisis humanitaria producida por el encarecimiento del precio de los alimentos amenaza la supervivencia de 2.000 millones de personas.

El hambre acecha a los países más pobres. La explosión de los precios de los alimentos en el mercado mundial ha obligado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a pedir ayuda urgente. El jefe del organismo internacional ha pedido a los países más ricos donaciones por 2.500 millones de dólares para hacer frente a la crisis alimentaria.

"Consideramos que la dramática escalada de los precios de los alimentos en todo el mundo ha evolucionado hasta convertirse en un desafío sin precedentes de proporciones mundiales que supone una crisis para los más vulnerables del mundo, entre ellos los pobres de las ciudades", explicó la ONU en un comunicado tras una reunión de directivos de sus organismos celebrada hoy en Berna.

Por ello Naciones Unidas ha decidido crear un grupo de trabajo junto al Banco Mundial para evitar que la crisis alimentaria sea aún más dañina "para los más vulnerables". Según el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el precio de alimentos básicos como los cereales, la carne, el azúcar y del aceite es un 57% más caro que hace un año.

Ban Ki Moon, ha advertido que de no cubrirse plenamente los fondos solicitado a los donantes, "nos arriesgamos a que aumente aún más el hambre, la malnutrición y a que estallen disturbios sociales a una escala sin precedentes". El objetivo de las donaciones es la financiación inmediata del Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación , de 1.700 millones de dólares, y del Programa Mundial de Alimentos (PAM), que requiere 775 millones de dólares.

En este contexto Naciones Unidas ha realizado un llamamiento para eliminar cualquier tipo de restricciones a las exportaciones que están adoptando algunos países para asegurar el suministro a sus ciudadanos, alertando de que esto podría empeorar aún más la situación.

Desde el Banco Mundial su presidente, Robert B. Zoellik, pidió de manera urgente 485 millones euros a la comunidad internacional y recordó que será necesaria una acción conjunta para hacer frente a la crisis humanitaria producida por el encarecimiento del precio de los alimentos, que amenaza la supervivencia de 2.000 millones de personas.

En un comunicado emitido después de la reunión de Naciones Unidas hoy en Berna, Zoellik ha recordado que, pese a los aproximadamente 305 millones de euros prometidos, "los compromisos no alimentan las bocas hambrientas", por lo que ha pedido a los países donantes que "pongan el dinero encima de la mesa".

Problema de superviviencia

El presidente del Banco Mundial advirtió de que las próximas semanas serían decisivas para reconducir la crisis alimentaria. "Para 2.000 millones de personas, el elevado precio de los alimentos es un problema de supervivencia". Además recordó que la crisis ha empujado a unas cien millones de personas a la pobreza durante los últimos dos años y que el hambre y la malnutrición subyacen tras las causas de muerte de unos 3.500 millones de niños cada año, eliminando las posibilidades de futuro de muchos otros.

Zoellik asegura que los países desarrollados tienen una tarea conjunta de responder a la situación con iniciativas políticas que deben ser reflejadas en un Nuevo Acuerdo Mundial en Política Alimentaria que dé respuestas a corto, medio y largo plazo, como tejer redes para garantizar la seguridad alimentaria, incrementar la producción agrícola, profundizar en el conocimiento sobre el impacto de los biocombustibles y actuar en la reducción de subsidios y la eliminación de aranceles. "La clave ahora está en trabajar juntos", manifestó.

Respecto a la situación del mercado mundial de alimentos, el presidente del Banco Mundial apuesta por la eliminación de trabas comerciales porque, según dice, aumentan los precios y hieren a los millones de personas que luchan por alimentarse. Como ejemplo positivo citó la decisión tomada la semana pasada por Ucrania de levantar las restricciones en la exportación de cereales. "Ha tenido como efecto inmediato un descenso en los precios", recordó.