Alrededor de cien agentes de la Policía, del Ministerio del Interior y otros de paisano sacaron a una decena de Damas de Blanco, familiares de 75 disidentes condenados en 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel, de un parque anexo a la Biblioteca Nacional, en la Plaza de la Revolución.

Las mujeres habían comenzado su protesta hacia las 06.40 hora local (11.40 GMT), "pidiendo la libertad incondicional de los presos políticos", según indicó a los periodistas Berta Soler, una de las integrantes del grupo.

Alrededor de las 09.15 (14.15 GMT) un piquete policial integrado mayoritariamente por mujeres reprimió a empujones y sacó en volandas a varias de las manifestantes, que fueron desalojadas en un autobús de ese lugar, situado a unos cien metros de los ministerios de las Fuerzas Armadas y de Interior.

Entre las Damas de Blanco que participaban en la protesta se encontraba, además de Berta Soler, Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, condenado a 20 años de prisión.

Ellas y el resto de las disidentes fueron insultadas e increpadas por los policías y agentes de seguridad, que gritaban consignas como "pim pam fuera, abajo la gusanera".

Soler había indicado, minutos antes de ser llevada por la fuerza, que la intención del grupo era permanecer en la plaza "el tiempo que sea necesario" para conseguir la liberación de los presos políticos.

También manifestó el cansancio de las Damas de Blanco ante la falta de respuesta oficial a sus peticiones de libertad de los opositores que permanecen en prisión, y denunció que hay "mucha apatía hacia los presos".

"Raúl (Castro, presidente de Cuba) para nosotros es igual que Fidel (Castro)", indicó.

Soler subrayó que los familiares de las Damas de Blanco "son los presos de Fidel", que dejó la Presidencia el pasado 24 de febrero, y agregó que si el general Raúl Castro fuera realmente quien manda en el país, no tendría que "consultar" con el líder cubano.