Cristina Cabrejas / Washington

El papa Benedicto XVI tuvo ayer su primer encuentro con los católicos estadounidenses, que le demostraron su afecto durante una misa celebrada en el estadio de béisbol del "Nationals Park" de Washington, y en la que por primera vez en este viaje se dirigió directamente a los hispanos.

El Papa también aprovechó la ocasión para referirse a los recientes casos de abusos sexuales en Estados Unidos para reconocer "el dolor" sufrido por la Iglesia norteamericana como consecuencia de la pederastia y pedir a los católicos que "se preste una atención pastoral" a los niños que han sufrido los abusos.

Benedicto XVI celebró ayer una misa ante los 45.000 católicos que pudieron conseguir una entrada para participar en la ceremonia, a la que habían pedido asistir otras decenas de miles, según fuentes eclesiales locales.

Los católicos hicieron sentir su calor a Joseph Ratzinger con numerosos aplausos, gritos de "Viva el Papa", y agitando las miles de banderitas estadounidenses y con los colores amarillo y blanco del Vaticano, que fueron repartidas por la organización.

La misa de Washington demostró el carácter multiétnico de la sociedad estadounidense, desde la diversidad cultural de los fieles que estuvieron presentes, a las canciones interpretadas por las cerca de 500 voces que formaban los varios coros, y que pasaron del "Goospel" a los ritmos latinoamericanos.

En ese clima, Benedicto XVI, por primera vez desde su llegada a EE UU el pasado martes, habló en español y recordó que el crecimiento de la Iglesia en este país se debe a la llegada de inmigrantes latinoamericanos.

En su mensaje destacó "la vitalidad del testimonio de fe" de los fieles de lengua española. "La Iglesia de Estados Unidos, cogiendo en su seno a tantos de sus hijos inmigrantes, ha ido creciendo gracias también a la vitalidad del testimonio de fe de los fieles de lengua española", dijo a continuación.

A ellos, les pidió que "no se dejen vencer por el pesimismo, la inercia o los problemas" y que sean fieles a los "compromisos que adquirieron al ser bautizados". Asimismo, instó a los fieles hispanohablantes a "seguir contribuyendo al futuro de la Iglesia en este país y a la difusión del Evangelio".

Reconciliación

"Sólo si están unidos a Cristo y entre ustedes, su testimonio evangelizador será creíble y florecerá en copiosos frutos de paz y reconciliación en medio de un mundo muchas veces marcado por divisiones y enfrentamientos", añadió.

Ratzinger tuvo un gesto de deferencia con otro hispanohablante ilustre, el español Placido Domingo, a quien se levantó a saludar y felicitar después de que éste cantase en la comunión el "Panis Angelicus" de César Franck, que fue muy aplaudido.

En su homilía, el Papa recordó a los que llegaron a Estados Unidos "con la expectativa de encontrar una nueva libertad y nuevas oportunidad".

Denunció las "injusticias sufridas por las poblaciones americanas nativas" y de los "que fueron traídos de África a la fuerza como esclavos".