La primera jornada de los comicios generales que se celebran ayer y hoy en Italia estuvo marcada por una menor afluencia a las urnas que en 2006 y algunas demostraciones de descontento ante la actual clase política, que se plasmaron con la imagen de personas rompiendo sus papeletas electorales.

A las 19.00 hora local había votado un 48,7% de los 47 millones de ciudadanos con derecho a sufragio, lo que representa un descenso respecto al 52,2% comunicado a la misma hora en las elecciones generales, en 2006.

Los analistas habían advertido de la posible bajada de la participación, debido al casi 30% de indecisos, lo que podía traducirse en su mayoría en abstenciones.

Renato Mannheimer, uno de los más prestigiosos analistas políticos, afirmó que ayer sería el "gran día de los indecisos" y que muchos se acabarían absteniendo.

Durante la jornada electoral de ayer se registraron algunos casos de votantes "enfurecidos", que acudieron a su colegio y destruyeron la papeleta para protestar contra la actual clase política.

En Sorrento, un ciudadano, tras pedir la papeleta, la troceó y se la comió, al tiempo que explicaba que se trataba de un gesto "contra una política que da asco y que está envenenada". Estos gestos fueron objeto de denuncia, ya que se consideran delito.

Por otra parte, una decena de miembros de la lista cívica "Amigos de Beppe Grillo" devolvieron el carné electoral para dar testimonio de que "muchos de quienes no van a votar no lo hacen por vagancia, sino por que la ley electoral es inconstitucional y las listas están llenas de candidatos con condenas".

Por lo demás, los comicios se desarrollaron ayer con total tranquilidad y los candidatos respetaron escrupulosamente el silencio electoral, evitando hacer cualquier declaración.

Los italianos pueden elegir entre 32 listas, de las que quince presentan un candidato a la jefatura del Gobierno, pero sólo dos, las del progresista Partido Demócrata de Walter Veltroni y del conservador Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, se disputan la victoria.

Berlusconi, a quien los últimos sondeos dan como vencedor por una diferencia de 5 a 8 puntos, llegó solo a su colegio electoral en Milán. Veltroni votó en Roma acompañado de su mujer y sus hijas.

En los colegios se acató con rigidez la nueva medida de dejar fuera de la cabina móviles y cámaras para no poder demostrar a terceras personas a quién se ha votado y evitar así la compra de sufragios. Hoy se podrá votar hasta las 15.00 hora local y el escrutinio comenzará inmediatamente después.