No hay grandes expectativas en Zambia sobre la cumbre de la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC, en inglés).

Organizaciones no gubernamentales creen que es la última oportunidad para presionar al régimen de Robert Mugabe, en el poder desde 1980.

A la cumbre se espera que asistan los catorce jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la organización. También ha anunciado su presencia el líder de la oposición zimbabuense, Morgan Tsvangirai, que se atribuye su victoria en los últimos comicios.

El tema principal, según la convocatoria, será ver cómo los vecinos de Zimbabue pueden asistir a ese país para superar el "actual punto muerto" ante la negativa de la Comisión Electoral a difundir los datos de los comicios presidenciales del 29 de marzo.

Las autoridades electorales argumentan que los datos tienen que ser verificados primero, el Gobierno de Harare pide más tiempo y la oposición ha recurrido a la Justicia, cansada de esperar.

Al tratarse de una cumbre extraordinaria y por un tema delicado, se descarta que la reunión de mañana tenga el esplendor que tuvo la última reunión, hace seis meses, cuando en esta capital se puso al frente de la organización el presidente de Zambia, Levy Mwanawasa.

La SADC siempre ha tratado con indulgencia a Mugabe, inclusive en los peores momentos de represión política en Zimbabue. El gobernante, de 84 años, está bien visto entre sus pares por su lucha contra el colonialismo.

En la última cumbre, en lugar de críticas, Mugabe recibió aplausos.

Al hacer pública la convocatoria de la reunión de mañana, el pasado lunes, Mwanawasa sentó un precedente, al decir que las elecciones del 29 de marzo "fueron calificadas por los observadores internacionales como libres y equitativas".