Con la mano derecha sobre un ejemplar de la Biblia y la Constitución armenia, Sarkisian, de 53 años, juró fidelidad al país y a su pueblo ante los miembros del Parlamento, autoridades civiles, militares y eclesiásticas, así como invitados de más de cincuenta países.

"Juro cumplir incondicionalmente las exigencias de la Constitución; respetar los derechos y las libertades de las personas y los ciudadanos; garantizar la independencia y la integridad territorial del país en bien de Armenia y de su pueblo", dijo.

En su intervención, transmitida en directo por la televisión local, Sarkisián agradeció el apoyo de los electores que le dieron la victoria en los comicios del 19 de febrero pasado, calificados de fraudulentos por la oposición.

"Que Dios me dé fuerzas para no desilusionar a nadie de mis correligionarios, para superar las dificultades y hallar una receta para resolver los problemas de aquellos que hoy necesitan esperanza, fe y optimismo", dijo el nuevo jefe del Estado.

Sarkisián, que hasta ahora se desempeñaba como primer ministro, tuvo palabras de gratitud para Robert Kocharián, su antecesor, quien dirigió el país en los últimos diez años.

"En los diez años de la presidencia de Kocharián, Armenia consiguió grandes logros sobre cuya base podemos elaborar importantes programas", dijo el flamante presidente, oriundo, como su antecesor, del enclave de Nagorno Karabaj, territorio que es origen de un antiguo conflicto con el vecino Azerbaiyán.

Junto a la plaza del Teatro de la Ópera tuvo lugar un desfile militar en honor del nuevo jefe del Estado, el tercer presidente en la historia postsoviética de esta república caucásica, en el que participaron unidades de todas las ramas de las Fuerzas Armadas.

Sarkisián fue elegido con el 52,82 por ciento de los votos, según los datos oficiales de la Comisión Electoral de Armenia, resultado que la oposición hasta ahora no reconoce.

Inmediatamente después de los comicios la oposición llamó a un mitin de protesta indefinido en Eriván, manifestación que el uno de marzo concluyó con violentos enfrentamientos entre la policía y la oposición.

En esos choques, según cifras oficiales, murieron ocho personas y más de un centenar resultaron heridas.

El ahora ex presidente Kocharián decretó el estado de excepción, que se prolongó durante 20 días, con restricciones a las libertades ciudadanas y censura a los medios informativos.

La ceremonia de investidura de Sarkisián se produjo exactamente cuarenta días después de los enfrentamientos en la capital armenia, día en que según las tradiciones cristianas de oriente los deudos recuerdan a sus muertos.