Macarena Vidal / sochi (rusia)

Los presidentes de EE UU, George W. Bush, y de Rusia, Vladímir Putin, firmaron ayer un "marco estratégico" que sienta las bases de la relación bilateral para el futuro, pero mantuvieron sus diferencias en asuntos como la defensa antimisiles.

Los dos dirigentes, y el presidente electo ruso, Dimitri Medvédev, así lo dejaron claro en la rueda de prensa que ofrecieron tras una mañana de reuniones en la ciudad balneario rusa de Sochi, en lo que ha sido la última cumbre entre Bush y Putin.

No obstante, los mandatarios se mostraron optimistas acerca de la posibilidad de llegar a un acuerdo en el futuro sobre sus discrepancias, aunque subrayaron que "queda mucho trabajo" por delante.

"La declaración refleja las discrepancias existentes, ante todo en el dossier político militar. Pero es importante destacar que reafirmamos nuestra disposición de trabajar para superarlas", dijo Putin. El "marco estratégico" sienta las bases de la relación entre ambos países para el futuro en áreas como la no proliferación de armas de destrucción masiva, la lucha contra el terrorismo o la economía.

Pero también expone las diferencias en torno al escudo de defensa antimisiles que Estados Unidos planea en Europa del Este. Rusia expresa en el texto que "no está de acuerdo con la decisión" de establecer el escudo en Polonia -donde se desplegarán diez lanzaderas de misiles interceptores- y la República Checa -donde se levantará un radar-. Putin ha propuesto en ocasiones anteriores Azerbaiyán como sede alternativa.

Moscú ve el dispositivo como una amenaza contra su territorio. EE UU asegura que el objetivo es impedir ataques de países hostiles de Oriente Medio.

Para calmar los temores de Rusia, EE UU ha ofrecido garantías como permitir que expertos rusos inspeccionen el sistema o el no activarlo hasta que Irán, u otro país hostil en el área, efectúe una prueba de misiles balísticos contra Europa.

El documento afirma que Moscú "aprecia las medidas que Estados Unidos ha propuesto y declara que, si se acuerdan y se ponen en marcha, serán importantes y útiles para calmar las preocupaciones rusas".

No obstante, Putin declaró que "el diablo está en los pequeños detalles. Es importante que los expertos decidan cuáles serán las medidas de garantía y cómo se llevan a cabo".

Bush insistió ayer en que el propósito del escudo es "la defensa, no la ofensiva. Evidentemente, tenemos mucho trabajo por delante para convencer a los expertos de que este sistema no está dirigido contra Rusia".

El dispositivo, reiteró, se dirige contra "regímenes que podrían intentar convertirnos en sus rehenes" y no está diseñado para hacer frente a "la capacidad de Rusia de lanzar múltiples cohetes".

Los presidentes dejaron claro también en su rueda de prensa que persisten las diferencias en asuntos como la ampliación de la OTAN hacia el este, en particular hacia las repúblicas ex soviéticas de Ucrania y Georgia.

El líder ruso dice que el presidente de EE UU es "un brillante bailarín"

El presidente de EE UU, George W. Bush, es "un brillante bailarín", aseguró ayer su colega ruso, Vladímir Putin, en la reunión en la que ambos intentan trazar las líneas maestras de lo que será la futura relación de sus países.

Aunque los asuntos a tratar en su cumbre de Sochi son serios -entre ellos la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva- los mandatarios encontraron un momento para bromear y recordar el baile que compartieron en una cena social la noche del sábado.

"Lo único que me alivia es que la prensa no llegó a verme intentar el baile que me pidieron que bailara", afirmó Bush. Putin le replicó que "hemos podido ver que usted es un brillante bailarín", a lo que el presidente estadounidense se rió y comentó que "vamos a dejarlo ahí".