Cerca de 70 millones de litros de vino elaborado con una mezcla de sustancias químicas, como fertilizantes, azúcar e incluso ácido clorhídrico, están a la venta en las tiendas y supermercados de Italia, según denuncia hoy el semanal L'Espresso.

La revelación publicada por la revista se basa en los resultados de una investigación hecha por la Guardia forestal y el departamento de control de los productos alimentarios sobre algunos vinos de bajo coste.

En la investigación, que continúa estos días, están implicadas hasta el momento 20 empresas productoras de vino en las localidades del norte y centro del país -Brescia, Cuneo, Alessandria, Bolonia, Modena, Verona, Perugia-, y de las regiones sureñas de Apulia y Sicilia.

Según la revista, se ha descubierto un sistema industrial, organizado por la mafia, que conseguía rebajar hasta el 90 por ciento el coste de la producción del vino al añadir una mezcla de sustancias químicas al mosto.

Los análisis del vino producido en estas empresas han revelado la presencia de fertilizantes, ácido clorhídrico y sulfúrico, así como gran cantidad de azúcar, y sólo un quinto de mosto.

Los ácidos, según los expertos, transforman el azúcar, que no se podría incluir en el vino, en glucosa y fructosa, que contiene la uva, para así camuflar los análisis.

L'Espresso afirma que sólo una parte del vino "envenenado" ha podido ser retirado del mercado, "ante la imposibilidad de localizar el resto de las botellas", que se venden entre los 70 céntimos y dos euros al litro.

Tras la noticia, recogida por todos los medios de comunicación locales, se ha recordado el escándalo del vino con metanol que provocó la muerte de 19 italianos en 1986, mientras que otras 15 personas perdieron la vista.

El ministro de Agricultura, Paolo Di Castro, afirmó que "es necesario evitar cualquier tipo de alarmismo" ya que se trata de pocas empresas, y aseguró que "ninguno de estos productos ha sido exportado al extranjero", pues se trata de vino de poca calidad.

A la noticia publicada por L'Espresso se ha sumado un nuevo escándalo en el la producción vinícola italiana, tras el secuestro de millones botellas en algunas bodegas que producen el Brunello di Montalcino, vino de la región de Toscana (centro) y entre los más prestigiosos del país, bajo la acusación de haber usado un tipo de uva no autorizado.

La fiscalía de Siena notificó ayer que se investiga bajo la acusación de fraude al consejero delegado, Enrico Viglierchio, y al vicepresidente, Remo Grassi, de la bodega toscana Castello Banfi, de la que retiró 600.000 botellas de Brunello de 2003.