Marion Dudley, de 33 años, quien se declaró inocente durante el juicio, recibió una inyección letal en el Centro de Rehabilitación de Huntsville por el asesinato de José Tovar, Frank Farías, Jessica Quiñones y Audrey Brown en Houston en 1992, dijo un portavoz oficial.

En el asalto personas resultaron heridas dos personas, quienes durante el juicio identificaron a Dudley como el autor de los crímenes.

Las víctimas fueron maniatadas y ejecutadas de un balazo en la cabeza, según señalaron los fiscales durante el proceso.

Dudley se negó a formular una declaración final y falleció ocho minutos después de recibir la inyección letal, dijo el portavoz.

El reo, que contaba con antecedentes de robo, asalto, receptación de bienes robados y quebrantamiento de régimen de libertad bajo palabra, llevó a cabo los asesinatos con la ayuda de dos cómplices.

Uno de ellos ya ha sido condenado a muerte, aunque no se ha fijado fecha de ejecución, y el otro fue condenado a cadena perpetua, dijeron fuentes judiciales.

La de Dudley fue la primera ejecución del año realizada en Texas, estado que ha aplicado la pena de muerte a 365 convictos desde que el Tribunal Supremo de EEUU reimplantó el máximo castigo en 1976.

El estado, que ejecutó a 19 personas en 2005, tiene previstas hasta ahora otras 12 ejecuciones para el presente año.