El pequeño receptáculo se posó suavemente en las arenas del desierto de Utah el domingo pasado, tras un viaje de más de 4.500 millones de kilómetros por el sistema solar, durante el cual se aproximó a 260 kilómetros del cometa "Wild 2".

En ese recorrido recogió muestras de la estructura de ese cuerpo celeste y otras partículas cósmicas.

La cápsula con la preciosa carga fue abierta e inspeccionada hoy en el Centro Espacial Johnson de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en Houston (Texas, EEUU).

El primer análisis de las muestras "ha superado las "mayores expectativas", dijo Donald Brownlee, astrónomo de la Universidad de Washington y uno de los directores científicos de la misión.

En una conferencia de prensa en Cabo Cañaveral, Brownlee indicó que al abrirla los científicos pudieron ver a simple vista pequeñas rocas y otras partículas atrapadas por su instrumento de recolección en un viaje cósmico que duró siete años.

"Hemos quedado abrumados ante el hecho de que hemos podido ver esto de manera tan directa", añadió Brownlee.

"Hemos traído un antiguo tesoro cósmico desde los confines de nuestro sistema solar", añadió.

Para los científicos, el estudio de las muestras les ayudará a responder interrogantes básicos sobre la formación de la Tierra y los demás planetas del sistema solar.

Según los astrónomos, los cometas fueron los que trajeron el agua y los materiales orgánicos básicos que dieron origen a la vida en la Tierra.

Ese mismo proceso pudo haber ocurrido en otros planetas, así como en otros sistemas solares, según los científicos.