Cerremos el año del «Quijote» por el principio. ¿Por qué no quería acordarse Cervantes del lugar de La Mancha en que vivía? El asunto ha dado lugar a sesudas cavilaciones, que se recrudecen tras dictaminar un grupo de expertos que ese lugar era Villanueva de los Infantes. Yo me inclino por la teoría de la primera frase, según la cual ésta se coloca al tuntún, dejándose llevar por el instinto, pues de algún modo hay que empezar. Cuando se comienza una novela se sabe muy poco de ella, y en ese vacío nadie se atreve a concebir una primera frase que tenga sentido. Lo que cuenta es que suene bien, por métrica y fonética, lo cual no es fácil, pues aún se ignora la sinfonía.

Por otra parte, con esa frase Cervantes hace una reserva expresa de su derecho a hacer con lo que siga lo que le dé la gana (acordarse, no acordarse, fantasear, disparatar), o sea, defiende su fuero como escritor.