El gobierno lalinense aprobó ayer en solitario el pliego para la contratación de las obras del nuevo consistorio por un importe de 9,8 millones de euros, pero no reveló sus previsiones de financiación para asumir el coste de este edificio, que tendrá que ser pagado mayoritariamente -unos 7 millones de euros- por las arcas municipales. La licitación de la obra más importante de la historia de Lalín, que se contratará tras un largo proceso de publicación en hasta cuatro boletines que se prolongará durante meses, salió adelante sin la presencia del alcalde, Xosé Crespo, que en ese momento no se encontraba en el pleno ya que acudió a un acto de la Mancomunidade do Deza con el presidente de la Diputación, Rafael Louzán.

El edil de Urbanismo, Román Rodríguez, no concretó las "contas" reclamadas por el portavoz nacionalista, Francisco Vilariño, para conseguir los casi 10 millones de euros, una petición que el edil del BNG justificó en la "preocupación que xenera este gasto ata 2010 e que pode repercutir nos demais grupos políticos tendo en conta que hai eleccións municipais o ano que vén". En todo caso, Rodríguez realizó un último intento para contar con el apoyo de la oposición pidiéndole "reflexión e máis altura de miras, xa que é un proxecto para 400 ou 500 anos. Tras justificar el aumento de los 6 millones iniciales por el crecimiento de la superficie a construir, el edil popular reconoció que cuentan con la venta del patrimonio municipal de suelo e ingresos exteriores para cumplimentar la financiación y que han echado cálculos: "Vai custar moito sacalo adiante. Nós non somos os mellores políticos do mundo, pero tampouco estamos tolos para tirarnos á piscina. Fixemos as contas e dan, ao mellor podemos equivocarnos, pero esperamos que non".

Por su parte, el portavoz del PSOE lalinense, Manolo González Aller, lamentó que el proyecto no se haya "consensuado" con la oposición y cree que la urgencia con la que el gobierno lo ha llevado a pleno -esperando a la llegada de un aval en la jornada del lunes- se debe a su interés "por telo antes do Cocido" y vaticinó que la primera piedra se colocará antes de la fiesta gastronómica de 2007. Aller aseguró que el importe final se irá, sólo en la construcción, por encima del 30 por ciento de los previsto -lo que supondría unos 13 millones de euros- sin contar el mobiliario y el mantenimiento. Por ello, vaticinó que el gobierno local venderá el Pazo de Liñares para conseguir fondos con los que afrontar este consistorio.

Tras indicar que el actual ejecutivo "é posible que non vexa acabado o concello e lle deixe un marrón á actual oposición", Aller cree que el edificio proyectado "sobra, sobre todo nunha época na que se camina cara ao virtual e se necesitan inmobles que sexan funcionais". "É unha tomadura de pelo para os veciños", concluyó.

Críticas del BNG

Por último, el portavoz del BNG, Francisco Vilariño, lamentó que no se le enseñaran todas las cuentas desde 2004 argumentando que estaba archivadas y lanzó un duro ataque contra el edil de Facenda, al que acusó de no querer mostrárselas "por estar lendo o periódico", aspecto que negó rotundamente el concejal. En todo caso, cifró en 600.000 euros los pagos realizados hasta la fecha y en 1,2 millones de euros los que se producirán incluyendo el seguimiento de obra, "o que supón un despilfarro para non ter posto nin un ladrillo".

Vilariño criticó que se incumplieran las bases del concurso que cifraban como tope los 6 millones de euros y que el único recurso del concello para obtener dinero sea vender el patrimonio municipal. Argumentó que con el gasto del nuevo consistorio "como lle van pedir achegas á Xunta para outras cousas ou como lle van dicir aos cidadáns que non poden facer certas e necesarias obras sinalando que non teñen capacidade económica".

El nacionalista apreció que no le parece "nada desproporcionado" comparar la carga económica de este nuevo concello con la de la Cidade da Cultura y, aunque dejó claro su desacuerdo con esta actuación del gobierno, desveló que el BNG estará en la mesa de contratación "para garantir a transparencia, aínda que xa se imaxinan o noso voto", en referencia a su rechazo .

Por último, criticó que se dejaron en manos de arquitectos la mayor inversión de la historia de Lalín y cree que debería buscarse un acuerdo de los tres grupos "para que non haxa riscos de que se cambie se muda o goberno local e, ao mesmo tempo, non haxa hipotecas para ningún grupo que poida gobernar".

"A min me gustaría o consenso, pero non queredes por cuestións políticos e para utilizar este proxecto como arma electoral", concluyó el popular Rodríguez un debate correcto.