Luz María Durán / VIGO

Loyola de Palacio, vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) y comisaria de Energía y Transportes desde 1999 hasta el 23 de noviembre de 2004, impulsó la primera propuesta para liberar los servicios portuarios, que fue rechazada esta semana por el Parlamento Europeo (PE). La normativa contó con el voto negativo de 532 diputados de un total de 677 que participaron en la votación, en la que hubo 120 votos a favor y 25 abstenciones. De Palacio manifestó a FARO que "el rechazo del pleno de la Eurocámara a la directiva frenará el crecimiento y la competitividad de los puertos europeos y el incremento de puesto de trabajo".

- ¿Qué opinión le merece el rechazo del PE a la directiva para liberalizar los servicios portuarios?

-Lamento que haya sido rechazada por el pleno de la Eurocámara, porque con esta propuesta se pretendía mejorar el funcionamiento de los puertos europeos, su actividad y su competitividad, porque la Unión Europea (UE) necesita impulsar al máximo las posibilidades del cabotaje marítimo y del transporte multimodal. Hay que tener muy presente que en la actualidad más del 10% de la red principal de carreteras europeas (los grandes ejes transeuropeos) está colapsada habitualmente.

- ¿El rechazo de la citada propuesta retrasará la potenciación de las autopistas del mar, idea que usted fomentó mientras fue comisaria de Transportes?

- La potenciación de las autopistas del mar y de todo el cabotaje marítimo europeo exige una dinamización de los puertos. Hay unos que son dinámicos, muy competitivos y abiertos, pero otros, por desgracia, están en una situación de monopolio que entorpece la competitividad y la actividad. La directiva no trataba de acabar con las sociedades de estiba, lo único que permitiría es que el propio personal de la empresa naviera pudiera colaborar en la estiba o desestiba para abaratar costes. Lo que se perseguía, en definitiva, es dinamizar los puertos y generar más actividad y puestos de trabajo.

- ¿Qué consecuencias negativas trae consigo la no aprobación de la citada directiva?

- Las situaciones de monopolio de los servicios portuarios encarecen de una manera artificial los costes del transporte marítimo de mercancías. Además permiten abusos. Lo que se pretende con la directiva comunitaria es que en los grandes puertos (no en los pequeños) pueda haber una mayor apertura a una cierta competencia dentro de la prestación de ciertos servicios, todo eso encuadrado dentro de un control por parte de la Autoridad Portuaria de la calidad, formación y preparación de los distintos operadores y con la garantía que las condiciones laborales y sociales son respetadas por parte todos.

- El actual comisario de Transportes, Jacques Barrot, aseguró que el rechazo a la directiva comunitaria se debió a que usted, que fue su antecesora en el cargo, presentó un texto que no ha sido suficientemente corregido ¿qué le han parecido estas declaraciones?

- Respeto la opinión de mi colega, pero evidentemente no conoce el original del primer texto, que se corrigió antes de presentarlo al pleno del Parlamento Europeo y que fue rechazado por 20 votos. Posteriormente se presentó a la Eurocámara una nueva directiva sobre la base del texto anterior, pero con modificaciones y recogiendo el trabajo que se había hecho en el Consejo de Ministros de Transportes y en la Eurocámara, directiva que votó el propio Barrot, que en ese momento ya formaba parte de la Comisión Europea y además se sabía que iba a ser el próximo comisario de Transportes. Yo le dí a conocer el contenido de los últimos textos que presenté de la directiva y Barrot, desde que tomó posesión del cargo, podría haberlos cambiado, si hubiera querido, y presentar una propuesta modificada, por tanto no entiendo demasiado bien sus declaraciones.