El partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey que enfrentaba al Valencia y al Deportivo en Mestalla fue suspendido ayer debido a que un objeto lanzado desde la grada impactó en la ceja de un asistente del árbitro Megia Dávila y le provocó una brecha.

Los hechos sucedieron en el minuto 44 después de que el Valencia marcara el 1-0 por mediación de Villa, cuando un objeto lanzado desde la grada impactó en la cabeza de uno de los asistentes y éste comenzó a sangrar por la brecha que le produjo el impacto, momento en el que el árbitro decidió suspender el encuentro. Megia Dávila se dirigió a los jugadores y les indicó que se retiraran a los vestuarios, mientras algunos futbolistas se enzarzaban en una discusión.

Varios minutos después se anunció por la megafonía del estadio que el encuentro había sido suspendido de manera definitiva.

El partido se había "calentado" después de que Megia Dávila expulsara a los 8 minutos de partido al valencianista Carlos Marchena con roja directa por un codazo a Arizmendi. A partir de ahí todas sus decisiones fueron muy protestadas.

El presidente del Valencia, Juan Bautista Soler, lamentó la suspensión y afirmó que ésta supone "no sólo un problema a la hora de buscar fechas, sino también un problema económico". Soler, que bajó al vestuario tras retirarse el trío arbitral y los jugadores para conocer el veredicto de Megía Dávila, mostró su desacuerdo con el colegiado. "Está encerrado en su caseta, han hablado con él los delegados y han dicho que no se sigue jugando. Se le está intentando convencer y se mantiene en que no".

Por otra parte varios miles de seguidores se congregaron a la salida de Mestalla donde protestaron con cánticos e insultos hacia el colegiado Mégia Dávila por su decisión. La afición protestó ruidosamente cuando se comunicó oficialmente la suspensión, ya que una gran mayoría no se dio cuenta de que el partido había acabado antes de tiempo.