Calle extramuros y por tanto de las más modernas del Casco Vello, está muy condicionada por la existencia del mercado de O Berbés y los bares de copas. "Era una calle muy viva, con muchos comercios de todo tipo que, poco a poco, han ido cerrando para dejar paso a los pubs y a la movida".

En esta calle, que empieza en la que ya sólo los más veteranos conocen como la plaza dos ratos y finaliza en la de Las Ostras, "había también muchas chabolas de barcos de pesca, donde se guardaba material y se reparaban las redes", dice Xosé Luis Gutiérrez.

Los conocidos como años de "la movida", que se extendía por todo el Casco Vello, fueron muy duros en esa calle "con muchos encontronazos entre los vecinos y los propietarios de los locales. Fue un tiempo en que se pasó muy mal y que se comenzó a corregir hace cosa de cinco años, con el cierre de varios locales que carecían de licencia".

En los dos últimos años se aprecia un repunte de la situación. "Se había conseguido un respeto, pero se bajó la presión y ha vuelto el ambiente nocturno y con ello el vandalismo, los contenedores volcados, los escaparates rotos, los portales... Vuelve la inseguridad, lo que tanto cabreó, insiste.

La calle está marcada por la existencia de los dos mercados. "El de O Berbés, que de ser de lo más importante de Vigo se ha quedado un tanto aislado. Hay mucho puesto vacío y ahora lo están mejorando para adaptarlo a los nuevos tiempos, habilitando una planta para aparcamiento. El de A Pedra no tiene nada que ver con lo que fue en otros tiempos, con lo del contrabando, y se ha convertido en un mercadillo de ropa, pero sigue siendo un reclamo importante para mucha gente.

¿Lo de cubrir la calle...? "Una aberración, la encajonaban. Una cosa es un centro comercial y otra una calle. Y además estaba lo del mantenimiento...".

El vecindario reclama "mejor alumbrado, más limpieza... Y que repongan los bancos rotos y árboles que los coches destrozan al intentar aparcar, que se limitan a tapar el agujero...".