Se trata de las localidades Ciresu y Dudesti, donde ya se había detectado hace un mes el virus H5N1 y se habían aplicado las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las autoridades sanitarias de Rumanía dispusieron el sacrificio de todas las aves de corral de las localidades afectadas, se instituyó la cuarentena y la vigilancia sanitaria en un radio de 10 kilómetros en cuyos límites se instalaron filtros con desinfectantes por las vías de acceso.

Una investigación epidemiológica se inició en el lugar para verificar el modo en que la población respetó las medidas impuestas.

Los sanitarios recogieron pruebas también de otros animales como cerdos, perros y gatos posibles portadores del virus, en todas las granjas en que se señaló mortalidad de aves.

Los especialistas informan de que más de un millón de aves migratorias que pasan el invierno en el Delta del Danubio se trasladaron ahora a la costa del Mar Negro o se retiraron por los ríos interiores de Rumanía donde las aguas no se hielan, a causa de las temperaturas todavía favorables.

La Autoridad Nacional Sanitario-Veterinaria menciona que actualmente hay 23 focos de gripe aviar, de ellos 19 todavía activos y 4 (en el Delta) ya cerrados.

En Rumanía se declaró alerta epidemiológica en todo el territorio después de que en Turquía tres personas murieran por gripe aviar y al menos 14 sean sospechosas de estar infectadas con este virus.

El primer foco de gripe aviar se detectó en Rumanía a principios de octubre, al mismo tiempo que en Turquía.

El ministro rumano de Sanidad, Eugen Nicolaescu, volvió a asegurar que en este país no hay ningún caso de contagio en los seres humanos.