Hemos dado un paso adelante" ha dejado dicho Artur Mas después de su reunión con el presidente Rodríguez Zapatero para a continuación añadir que CiU no renuncia en el futuro al proyecto de Estatuto aprobado por el Parlamento catalán, que más que un Estatuto es una Constitución de un Estado independiente.

De manera que Artur Mas tiene razón: los nacionalistas catalanes han dado un paso de gigante en el camino de obtener su programa máximo que no es otro que la independencia de su territorio, o una nueva formulación política que pase por convertir a Cataluña en Estado asociado o similar. Lo increíble es que José Luis Rodríguez Zapatero esté empujando en esa misma dirección. Supongo que será la perspectiva que da el tiempo cuando podamos analizar la figura de Zapatero, los porqués de sus actuaciones arbitrarias y, sobre todo, el porqué de su fascinación y acomodo a los partidos de la derecha nacionalista. Porque tiene razón el PCE cuando recrimina a Gaspar Llamazares de que avale la política de la derecha nacionalista haciendo seguidismo de Zapatero.

El presidente está impulsando una reforma de la Constitución por la puerta de atrás, porque la reforma del Estatuto de Cataluña afecta no sólo a los catalanes sino al resto de los españoles. Un Estatuto no es sólo de la Comunidad Autónoma que corresponda sino del resto del España, porque seguiremos siendo un país, al menos por ahora.

De manera que esos cambios profundos que significa la reforma del Estatuto nos afectan a todos. Por eso creo que el presidente se equivoca imponiéndolos como los quiere imponer aunque ahora juegue a pedir que el PP se una al consenso. Desde luego muchos de los que votamos y confiamos en Zapatero no lo hicimos para que pusiera del revés a España alimentando los sueños nacionalistas. Eso no estaba en el programa.

Zapatero no puede, en nombre de los votantes, decidir que Cataluña es una nación aunque lo coloque en el preámbulo del nuevo Estatuto. Eso es un cambio de las reglas de juego, del espíritu y la letra de la Constitución y por tanto para llevar adelante ese cambio debe de consultar a los ciudadanos.

Por más que en el Gobierno y en algunos sectores del PSOE, los más afines a Zapatero, estén dando palmas por haber logrado el acuerdo con CiU, hay otros sectores socialistas, pero sobre todo de la sociedad, preocupados por la política del Presidente. Cree Zapatero que una vez que se apruebe el Estatuto y haciendo el Gobierno una política de fuerte contenido social, los ciudadanos nos vamos a olvidar de todo esto y que dentro de dos años estaremos contentísimos y volveremos a votarle. O sea que se cree que somos tontos.

No sé que pasará dentro de dos años, pero si sé que la herida que está infligiendo al andamiaje constitucional no se puede olvidar así como así, y sobre todo están por ver las consecuencias. No, no era para esto para lo que muchos le votamos. Es decepcionante que muchos de los socialistas que le critican con dureza en voz baja no se atrevan a hacerlo en voz alta por aquello de que prefieren que su partido toque poder. Vamos, que sacrifican los principios y las ideas a que su partido mande. Claro que aún no sabemos las muchas sorpresas que nos puede deparar este presidente, que no sabemos adonde nos quiere llevar. Porque ¿donde va Zapatero?