Esta semana pasada los medios de comunicación se hicieron eco de la convalidación del Decreto Ley, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 28 de octubre, sobre patrimonio sindical, que permite que la UGT pueda recibir 151 millones de euros por su patrimonio histórico, mientras que la CNT solamente recibirá 3,7 millones (cuarenta veces menos).

Hay una alocución que se utiliza cuando uno quiere manifestar que la sinceridad le ha jugado una mala pasada: "me ha fallado el subconsciente". Esto es lo que les debió ocurrir a todos los periodistas de este país, cuando manifestaron en los diversos medios de comunicación la noticia de la convalidación del Decreto-Ley, afirmando que era la UGT a la que se le devolverá su patrimonio. En ningún medio se fijó que los sindicatos históricos recibirían su patrimonio, que es a los sindicatos a los que se remite el Decreto-ley, sino solamente la UGT.

No hubo error, por tanto, en los medios al dar a conocer la noticia. El PSOE y los nacionalistas (entre ellos varios años en la CNT, esta noticia no nos coge de sorpresa: todos somos conocedores de cómo los socialistas usaron el poder en esta etapa reciente de la historia, para beneficiarse ellos y sus corifeos.

¡Ya hay que ser impresentable! para aprobar un Decreto-Ley, norma con fuerza de ley que puede dictar el gobierno en casos de "extraordinaria y urgente necesidad", para finalmente enterarse por los medios de comunicación que quien tenía esa necesidad perentoria era la UGT, porque el miércoles 30 de noviembre de este año le venció el crédito que tenía con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por el valor de 150 millones de euros (uno menos de los que le concede el Congreso), para que así este sindicato pueda hacer frente al caso de corrupción que tuvieron con la cooperativa PSV.

Esto es, como se dice en el mundo del Derecho, una auténtica desviación de poder, una utilización fraudulenta del sistema parlamentario. ¡Menos mal que los de la CNT hace tiempo que perdimos la ingenuidad! Esto nos evita caer en el desencanto y la desilusión, como les ocurrió a otros muchos creyentes de "cantos de sirena". La CNT era en el momento que se inicia y finaliza la Guerra Civil, la organización social y sindical más importante de España. Contaba con un número mucho más elevado de afiliados que la UGT. Disponía de una gran cantidad de casas del pueblo, escuelas, locales sindicales, cooperativas, barcos, vehículos, cuentas corrientes en cajas de ahorros, incluso acciones, etc.

A la CNT se le adeuda eso y mucho más, algo que no se puede compensar con todo el oro del mundo: los compañeros y sus valores, ¡impagables!

Si alguien ha luchado en este país por la libertad y la igualdad más íntegra, esos han sido los de la CNT. Y si algo verdaderamente ofende, es el hecho de pretender compensar todo ello con más de 20 años de demora y con desprecio por parte de los herederos de organizaciones históricas que mucho le deben a la CNT.

Juan Armada Herbello - Vigo