Al menos dos personas perpetraron un sorprendente atraco en la oficina de recaudación que la Xunta de Galicia tiene en la calle Areal de Vigo y lograron llevarse un botín de unos 17.000 euros. El método utilizado demostró que llevaban el golpe muy bien preparado y que sabían lo que iban a encontrar.

Ni el mejor guión de una película habría igualado su astucia. Un hombre se personó en las dependencias, atendidas por dos funcionarios, y se sentó en una silla porque dijo que tenía que esperar a la persona que iba a realizar los trámites. Poco después llegó un gestor que realizó diversos pagos y entregó unos 17.000 euros.

Cuando éste abandonó la oficina, el hombre que esperaba en la silla fingió sentirse mal. Uno de los funcionarios se prestó a socorrerle y le acompañó hasta el baño para ayudarle. Mientras le atendía, un compinche que al parecer aguardaba en un vehículo aparcado delante del inmueble, se presentó en las dependencias y obligó a la otra funcionaria a entregarle el dinero. Conseguido el botín, ambos huyeron.

Un testigo manifestó poco después que en el salpicadero del vehículo en el que supuestamente huyeron los atracadores, había visto una escopeta de cañones recortados, si bien todo apunta a que no llegaron a utilizarla en el asalto.

Dada la alarma, hasta el lugar de los hechos se desplazaron agentes de la comisaría de Vigo, que se ha hecho cargo de la investigación. La sangre fría que mantuvieron en todo momento los asaltantes y el hecho de que actuaran a cara descubierta indica que el golpe fue perfectamente calculado.