Jose L. Fernández / VIGO

La parroquia de Bembrive, conocida por la calidad de sus manzanas, volvió a celebrar ayer su romería dedicada a la sidra. Una celebración cuyo prestigio crece cada año, de forma directamente proporcional a su número de asistentes. Ayer, a las 14.00 horas se habían terminado las existencias y la organización veía cumplidas sus expectativas. En total, 1.200 litros de sidra despachados y más de 100 kilos de mejillones y empanada.

Pese a que a primera hora de la mañana la amenaza de lluvia presagiaba un final amargo, a mediodía, tras abrir el sol, una multitud se agolpaba en la carballeira de Os Ramallos para empezar a disfrutar de los primeros vasos de sidra mientras el grupo de música tradicional "Xiadouro" amenizaba la degustación.

Tratándose de una tradición con décadas de antigüedad, encontramos a veteranos como Matías Vila y Telmo Barros, que llegan acompañados por sus mujeres y nietos. "Lo mejor es la camaradería que se respira aquí", afirma Matías. "La parroquia de Bembrive está muy unida para este tipo de celebraciones". Su compañero Telmo, de 79 años, recuerda los tiempos en que la degustación tenía lugar en la romería de San Cipriano. "Antes había que venir a pie o en carro. Pero en lo demás, sigue viniendo mucha gente, y cada vez se ven más jóvenes", afirma Telmo.

Entre esos asistentes jóvenes que hacen que la tradición siga adelante está Marcos Durán, de 22 años, que acaba de llegar desde Beade con tres amigos. "Venimos todos los años", dice Marcos, "nos damos una vuelta antes y podemos disfrutar de la sidra, que está buenísima. Mucho mejor que la asturiana, digan lo que digan".

Ángeles Costas viene acompañada por su marido Fernando y sus hijos. "Está viniendo más gente que el año pasado, y es fantástico, porque todos los vecinos ponen mucha ilusión en la fiesta", asegura Ángeles. Su marido, Fernando Iglesias, califica la romería de "necesaria". "En estos tiempos es muy importante que se mantenga, porque es la fiesta que se hizo siempre aquí, es una parte importante de la cultura de la parroquia y a la gente mayor le hace mucha ilusión, y cada vez viene más gente de otros barrios", afirma orgulloso Fernando.