Una semana después de que Josep Piqué abriera la "caja de los truenos", el presidente del PP, Mariano Rajoy, tomó las riendas de la habitual reunión del Comité de Dirección Nacional del partido, que normalmente dirige Ángel Acebes, para instar a la cúpula del partido a que se olvide de esta polémica y se dedique a defender el ideario de la formación, aunque se les tache de "radicales" o "fundamentalistas". El PP no parece dispuesto, según explicó su número dos, a abandonar la línea dura en materia antiterrorista, de política exterior o sobre el modelo de Estado.

El presidente del PP almorzó ayer con Josep Piqué, un encuentro que sirvió para "zanjar" la polémica por las declaraciones de Piqué, quien señaló que llamará por teléfono a Angel Acebes y a Eduardo Zaplana para disculparse por sus comentarios, según fuentes de este partido.

Ayer no tuvo lugar la habitual reunión de maitines de los lunes (a la que asiste habitualmente el presidente del PP catalán), que Rajoy la semana pasada ya decidió no convocar, pero sí se produjo la del Comité de Dirección Nacional. Aunque lo habitual es que este encuentro lo dirija el secretario general, el líder popular decidió asumir esa función. En estos encuentros suelen estar presentes, además de Acebes, los secretarios ejecutivos, algún asesor y los portavoces parlamentarios, aunque a la de este lunes sólo acudió Eduardo Zaplana.

El claro mensaje con respecto a la polémica abierta por Piqué que Rajoy lanzó a la cúpula de su partido lo explicó Acebes en la posterior rueda de prensa: "Nos ha transmitido que este asunto está cerrado, que el tema está zanjado, y que nos vamos a dedicar a desarrollar los otros mensajes que nos ha dado", dijo. Esos mensajes fueron tres: mantener unos principios "irrenunciables", hacer oposición seria en cuestiones delicadas como la política antiterrorista o el modelo de Estado, y finalmente ganar las elecciones previstas para 2007.

Acebes explicó que la línea dura de oposición se mantendrá, aunque se tache a los populares de "radicales" o "fundamentalistas". Y como ejemplo, mantuvo todas las críticas que el PP ha realizado en los últimos días al Gobierno y que tanto malestar han provocado en las filas socialistas. Reprochó al jefe del Ejecutivo que "a través del Parlamento haya ofrecido diálogo" a ETA mientras la banda "expulsa a quien pide el más mínimo cambio". Criticó que no se haya ilegalizado al Partido Comunista de las Tierras Vascas y que el "fiscal general del PSOE", en alusión a Cándido Conde-Pumpido, siga diciendo que no hay pruebas "incumpliendo de manera flagrante la Ley de Partidos".