Escalas, autor de la museografía, ha explicado que "las nuevas tecnologías audiovisuales tienen una presencia destacada: las colecciones de instrumentos y documentos musicales se van explicando a través de referencias sonoras, visuales, objetos y textos".

El hilo argumental del museo es "un recorrido por los orígenes de la música y sus elementos constitutivos hasta la música de hoy".

Breves audiovisuales trilingües (castellano, catalán, inglés) permiten al visitante introducirse en los diferentes ámbitos temáticos de la exposición permanente: las antiguas civilizaciones, el nacimiento y difusión de la polifonía, el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo, los nuevos colores y la industria del sonido en el siglo XIX y los nuevos estilos y nuevas tecnologías del XX.

Desde la pieza más antigua, una ocarina precolombina, hasta la moderna guitarra eléctrica Gibson les Paul, célebre en las manos de Jimmy Page (Led Zeppelin), Bob Marley o Pete Townsend (The Who), en los fondos del museo destaca la colección de guitarras, con ejemplares que van desde el siglo XVII hasta nuestros días.

En esta colección, subraya Escalas, destacan una guitarra barroca del siglo XVII, una típica de época romántica, una curiosa guitarra de doble mástil, una guitarra-lira o una antigua atribuida a Stradivarius, de las que sólo se conservan dos en el mundo, en Estados Unidos e Italia.

Otra colección notable es el conjunto de laúdes y tiorbas, con ejemplares de los mejores constructores de los siglos XVI y XVII, comenta el director, quien remarca asimismo la extensa colección de salterios, instrumento de larga evolución desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, cuando desapareció ante la proliferación de los instrumentos de teclado.

El Museo de la Música posee diecinueve salterios, "la colección más numerosa del mundo", asegura Escalas, que "permite hacer un estudio profundo de su evolución".

Además de los instrumentos de cuerda, el Museo muestra un importante conjunto de teclados, que incluye clavicordios, cinco clavicémbalos, uno de ellos de Christian Zell de 1737, en el que se han hecho algunas grabaciones recientes, y una cincuentena de pianos, uno de ellos de 1905 que perteneció a Isaac Albéniz.

En la misma sala se puede ver "una colección de ocho órganos única en el mundo, tanto por la cantidad, como por la calidad individual de las piezas", ha explicado Escalas.

En este espacio se exhiben un órgano positivo construido por Manuel Pérez Molero de principios del siglo XVIII, el órgano con policromía de Joan Boscà, un órgano barroco portátil de origen aragonés, un ejemplar único de órgano-salterio de Josep Pujol del siglo XVIII, y uno de los pocos claviórganos que existen en el mundo.

En relación a los instrumentos mecánicos, que pueden ejecutar una música programada previamente y fijada en soportes variados, se muestran cajas de música, organillos, pianolas o el espectacular órgano de resorte (1762) del constructor Diego Evans, encargo del rey Carlos III.

El museo, que ha supuesto una inversión en su traslado al Auditorio de siete millones de euros, cuenta asimismo con un archivo histórico de 12.000 documentos, algunos pertenecientes a los fondos Albéniz y Granados, y un fondo sonoro con 7.800 registros (1.800 cintas y tarjetas perforadas, cien discos y cilindros de púas, 1.600 cilindros de cera o baquelita, 3.800 discos y 332 cintas magnéticas del fondo Alain Daniélou, con registros de música étnica.