Durante una escala en Tokio cuando viajaba a Beijing desde Nueva York, Kim informó de que Pyongyang vigilará de cerca los movimientos de Washington, según recoge el diario ´Yomiuri´.

"Estados Unidos prometió resolver el problema de las sanciones contra nuestro país en 30 días", argumentó el viceministro, "si cumplen la promesa, nosotros detendremos nuestro reactor en 60 días".

Según lo acordado en las conversaciones ´a seis´, Corea del Norte aceptaba detener su principal reactor y autorizar a los inspectores de Naciones Unidas entrar en el país en 60 días, a cambio de lo cual recibiría ayudas equivalentes a 50.000 toneladas de petróleo de los otros países implicados: Estados Unidos, Corea del Sur, rusia, China y Japón.