Fuentes judiciales señalan que un aspecto común entre todas estas demandas es su pronta resolución. Este es el caso de una fechada en junio de 2006 en la que el juzgado condena a la compañía Iberia a pagar 1.558 euros por daños y perjuicios a un viajero al que desapareció un ordenador portátil de su equipaje.

Este usuario viajaba entre San Sebastián y Vigo con escala en Madrid y al llegar a Peinador comprobó que el maletín que había facturado y en el que guardaba un portátil aparecía abierto y de su interior faltaba el ordenador. Los hechos, inicialmente negados por la compañía, quedaron acreditados en el juicio, de ahí la condena. La compañía llegó a aceptar su responsabilidad y ofreció al usuario 600 euros pero éste no los aceptó y dictó sentencia condenatoria en base a que el equipaje estuvo siempre bajo la custodia de la compañía aérea y "no resulta conforme con la lógica de las cosas que la apertura y la desaparición hubiera sido casual". "Revela, cuando menos, una actitud gravemente descuidada en la custodia", dicta.