"No va a imperar el carácter sancionador", aseguró ayer el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez. Sin embargo, el número de multas se ha disparado en los últimos años. En 2000 sólo se castigaron cuatro vertidos y en 2001 quince. De ahí, se pasó a un centenar de sanciones en 2005 y a las 111 registradas el año pasado.

En total, desde la llegada de Manuel Vázquez a la Consellería de Medio Ambiente se abrieron 453 expedientes a empresas por vertidos a los ríos, que terminaron en 373 sanciones. Las más graves pueden llegar los 600.000 euros.

Pero además la Xunta penaliza con cargas tributarias a otras 400 empresas para obligarlas a adoptar medidas correctoras encaminadas a reducir o eliminar sus vertidos.

En el río Ulla la Consellería de Medio Ambiente aplica estas medidas coercitivas a unas 68 industrias. En la ría de Arousa son medio centenar las empresas que pagan esta tasa de contaminación y en la de Vigo se penaliza a otras 42.