La declaración de Zona Saturada de Ruido (ZAS) para 33 calles se aprobó como estaba previsto, pero con un exiguo apoyo en el pleno de la Corporación. Sólo el PP votó a favor de la modificación de la ordenanza, cuyas principales repercusiones son la prohibición de abrir nuevos locales de ocio en el ámbito y el adelanto en media hora del horario de cierre de los 278 actuales. La oposición se abstuvo al criticar la "inacción" del gobierno en sus más de tres años de mandato para solucionar los problemas de ruido que padecen miles de vecinos durante los fines de semana.

El BNG se reservó su postura final al pleno en el que se tendrá que ratificar el acuerdo adoptado ayer, ya que ahora se abre un plazo de alegaciones, lo que puede derivar en nuevos cambios. El edil Enrique Viéitez admitió que se ha hecho "un buen trabajo" en la comisión de ruidos, pero justificó el voto de su grupo en que las medidas "llegan tarde" y en que "hasta ahora no se ha actuado contra el problema del ruido".

PP y PSOE volvieron a enfrentarse. La concejala socialista María Luisa Graña criticó que "la iniciativa llega tarde", y reprochó al gobierno local su rechazo a incluir en el Plan General la prohibición de abrir locales en edificios de viviendas. "Ni siquiera ejecutaron la normativa actual: han actuado con desidia e ineficacia, y presentan un acuerdo tapadera que no cuenta con consenso", lamentó.

"Desacreditados"

Figueroa replicó con dureza al denunciar que, cuando el PP llegó al gobierno -tras la moción de confianza que perdió el ex alcalde del PSOE Ventura Pérez Mariño-, se encontró con 50 expedientes de locales sin licencia o que funcionaban de forma irregular. "No movieron un papel en seis meses, y el mapa de ruidos estaba sin tramitar. Nosotros le dimos una consignación de 60.000 euros, lo adjudicamos y en junio estará terminado", manifestó el concejal, y espetó que "la señora [María Xosé] Porteiro -entonces edil de Medio Ambiente, y que ya no está en la Corporación- ni se enteró de que había ese expediente".

Para el representante del gobierno, los socialistas están "desacreditados" en el debate sobre el ruido porque "intentaron boicotear continuamente la comisión". Figueroa mostró su sorpresa por la abstención del PSOE, al que acusó de "instalarse en el no", y aseguró que el gobierno local "hará un control exhaustivo del cumplimiento de la ordenanza".

Por su parte, Manoel Soto cambió su intención de voto durante el debate. Inicialmente iba a votar a favor, pero decidió abstenerse tras acusar Figueroa a los gobiernos anteriores de no hacer nada contra los ruidos. "En los 12 años que fui alcalde no hubo problemas", aseguró.