El ex minero Emilio Suárez Trashorras, que comenzó a declarar ayer ante el tribunal encargado de juzgar a los acusados por su relación con los atentados del 11 de marzo en Madrid, negó cualquier implicación en el tráfico de explosivos e indicó que sólo negoció con Jamal Ahmidan, alias "El Chino", la venta de hachís. En respuesta a las preguntas del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, dijo que "El Chino", uno de los siete suicidas de la casa de Leganés (Madrid) a los que se responsabiliza de los atentados, le comunicó por teléfono que los dos etarras detenidos cuando transportaban explosivos en una furgoneta días antes de los atentados del 11 de marzo en Madrid eran "amigos suyos".

El ex minero le preguntó "¿quienes?, ¿los que han salido en la tele?", en referencia a los etarras relacionados con la llamada "caravana de la muerte" Gorka Vidal e Irkuz Badillo, y Ahmidan le contestó que sí. Indicó que si no ha realizado anteriormente referencias a este hecho es porque en sus declaraciones los agentes de la policía que le interrogaron le dijeron que ETA no mantiene nunca relación con traficantes de explosivos y que incluso ha atentado en ocasiones contra alguno. Por ello pensó que podía haber malinterpretado las palabras de "El Chino" y no repitió este testimonio en sus declaraciones judiciales.

Trashorras está acusado de colaboración con organización terrorista, suministro y transporte de explosivos, 191 asesinatos terroristas, 1.824 en grado de tentativa, cuatro delitos de estragos terroristas, robo de vehículo a motor, asociación ilícita y falsificación de matriculas. La Fiscalía pide en su caso un total de 38.670 años de prisión, la pena más elevada de las solicitadas.

La fiscal Olga Sánchez considera acreditado que el asturiano se dedicaba al tráfico de explosivos que obtenía de la mina Conchita, donde había trabajado. Tras entrar en contacto con la célula terrorista a través del procesado Rafa Zouhier, acudió a varias reuniones en Madrid con el suicidado en Leganés Jamal Ahmidan "El Chino", en las que se acordó el intercambio de dinamita por droga.

Indicó, además, que fue el confidente de la Guardia Civil Rafa Zouhier el que le preguntó si tenía posibilidad de proporcionarle explosivos y negó que accediera a entregarle muestras de dinamita o detonadores como declaró ayer mismo este procesado, ya que "nunca" ha tenido relación alguna con el tráfico de explosivos. Explicó que fomentó la relación con Zouhier porque le interesaba proporcionar información a sus contacto de "las fuerzas de seguridad del Estado", el inspector jefe de la brigada de estupefacientes de la Policía Nacional Manolo García, conocido como "Manolón".

Sobre la reunión celebrada en un Mc´Donald de Carabanchel de octubre de 2003 en el que supuestamente "El Chino" y él hablaron de intercambiar explosivos y droga, declaró que fue Zouhier quien convocó el encuentro. El ex minero, que insistió en que "nunca" se ha dedicado al tráfico de explosivos ni ha estado asociado con su ex cuñado Antonio Toro para la venta de dinamita, indicó que la misma se convocó en un principio para hablar sobre hachís pero concretó que en un determinado punto de la conversación le preguntaron si podía "había alguna forma" de que les proporcionara explosivos.