Si pasea por nuestra céntrica calle del Príncipe, con sus escaparates modernistas, sus músicos ambulantes, sus galerías comerciales impecables (como la remodelada con gran acierto Galerías Durán y la nueva de Príncipe) se encontrarán con unas galerías arcaicas, lúgubres y abandonadas desde el mismo día de su inauguración, que son las galerías de Príncipe-Dr.Cadaval.

Estas galerías se encuentran en un deplorable estado de abandono, con sus pasillos lúgubres, mal iluminados, en un estado de abandono lamentable, llenas de graffitis que nadie borra y donde los mismos graffiteros han dejado de pintar ya que saben que nadie contemplará sus obras , y con sus baldosas recubiertas de pintura blanca que se cae a pedazos.

Con unas escaleras mecánicas que jamás han funcionado, porque fueron instaladas de paripé (sin motor), con varias plantas totalmente descuidadas y abandonadas, llenas de locales vacíos que hablan por sí mismos de la dejadez de sus propietarios, nido de pasotas y yonquies en su día e increíblemente ubicación de la Seguridad Social.

Es lamentable que el Concello permita en una calle comercial viguesa por antonomasia, que se ha rehabilitado varias veces por su afluencia de turismo, la permanencia de unas galerías propias del peor país tercermundista.

Últimamente la junta de propietarios ha emprendido unas obras de remodelación de las tuberías del agua, más preocupados de que cada local pague su factura de agua (hasta ahora comunitaria) que de la reparación del entorno de sus locales.

Estas obras han llenado la galería de agujeros en su falso techo que destacan aun más si cabe el estado de abandono de la misma, creando a la vez una antiestética e insalubre situación a la que se enfrentan los viandantes que por ella circulan. Unos suelos de losetas de sintasol levantadas y eternamente marcadas por huellas que nadie se preocupa de limpiar, roturas en las columnas de baldosa que ocultan las bajantes de pluviales que son reparadas con escayola e inquilinos que por su cuenta y riesgo tienen que pintar y adecentar el entorno de los pasillos y entrada de Príncipe por la negativa de la junta a hacerlo, son algunas de las lindezas que oculta esta galería, en las que los encargados de la vigilancia y mantenimiento hacen lo que pueden pero se encuentran desbordados por la situación en la que la misma se encuentra. Yo he visto en verano turistas parados ante la entrada de la galería asustados y dudosos de entrar en ella por la apariencia de su lúgubre entrada. Una galería destinada a ser refugio de dudosos clientes de los algunos locales que en ella están instalados y a servir simplemente de paso obligado para atajar camino entre Dr. Cadaval y Príncipe.

Por último preguntarnos quién está detrás de la situación de esta galería y quién está interesado en que siga en el estado que está para que los locales en lugar de revalorizarse ocurra todo lo contrario... ¿Estaremos en presencia de una situación de especulación urbana a las que estamos tan acostumbrados últimamente o simplemente es dejadez, abandono y cutredad de algunos propietarios?... Permítanme dudarlo.

Como siempre los perjudicados somos los inquilinos que vemos nuestra inversión en la galería caer en picado por la falta de afluencia de público.

Desde aquí insto al Gobierno municipal a tomar cartas en el asunto de la reparación de estas galerías que son la vergüenza de nuestra céntrica Calle del Príncipe.

Carlos Leiro Fernández - Vigo