La "rapa das bestas" no sólo se configura en Moaña como una fiesta etnográfica encaminada a proteger la raza del caballo autóctono, sino también a paliar los problemas que su cría en los montes tiene. Las disputas con los comuneros debido a la falta de identificación de las reses vienen de lejos, pero desde el pasado año se intentan solucionar a través de un programa de identificación y saneamiento.

El curro sirve al propósito que persigue el Concello de Moaña de ordenar la cría de caballos autóctonos salvajes en el monte. El pasado año fue fundamental en este proceso. Ahora, desde la Concellería de Medio Ambiente y la Asociación Cabalar "Monte Jaján", se prevé realizar una rapa arriba en el monte, en la zona de Chandarquiña, el día 18 de agosto El edil de Medio Ambiente, Daniel Rodas, negocia con la comunidad de montes de Domaio esta posibilidad. Su presidente, Juan Santos, reconoce también que debe existir colaboración entre los comuneros, la administración y los propietarios de los caballos salvajes, con el fin de encontrar soluciones a los problemas que les son comunes. Él mismo señala que todavía hoy existen problemas para identificar a los caballos salvajes y poder reclamar a sus dueños alguna indemnización por los daños causados.

A la Festa da Rapa das Bestas del día 18 de agosto no sólo acuden caballos salvajes de los montes de Moaña, sino también de los municipios de Vilaboa y Marín. Desde la Concejalía de Medio Ambiente se realizó un esfuerzo importante para agrupar a todos los propietarios. Otros concellos siguen sin entrar en esta iniciativa que trata de preservar el caballo autóctono.