El barco NY Esperanza de Greenpeace se ha ofrecido a ayudar al ballenero japonés Nisshin Maru y evitar un desastre medioambiental en aguas de la Antártida, donde se encuentra averiado, tras sufrir un incendio, con unas 1.000 toneladas de carburante a bordo. Sin embargo, según los ecologistas esta ayuda ha sido rechaza por el buque Nisshin Maru.

A bordo del barco de Greenpeace MV Esperanza, dentro de la campaña en contra de la caza ilegal de ballenas, la organización ecologista se ha encontrado con una situación inesperada. El barco al que el Esperanza estaba buscando, el Nisshin Maru, buque ballenero factoría de Japón, lanzó una llamada de auxilio después de que se declarara a bordo un incendio.

El Esperanza ofreció su ayuda a la tripulación de todas las maneras posibles y también la posibilidad de hacer una valoración del impacto ambiental si fuera necesario. Además, el barco japonés se encuentra a 100 millas náuticas de la colonia de pingüinos de Adelie, una de las más grandes del mundo. La Agencia Pesquera de Japón denegó la ayuda de Greenpeace, con el pretexto de que no acepta el auxilio de "terroristas", según los ecologistas.

"Nuestros primeros pensamientos están con el tripulante desaparecido y con el resto de la gente a bordo. No es tiempo de juegos políticos tras una mesa de oficina en Tokio", manifestó Karli Thomas, líder de la expedición y a bordo del Esperanza. "Esto es una tragedia humana y un potencial desastre medioambiental. Tenemos una obligación moral de actuar", reclamó.