El acuerdo plenario del pasado 19 de enero que exigió disponer del Avance del futuro Plan de Urbanismo en el plazo de cuatro meses, parece haber acelerado de forma notable la redacción de un documento que permanecía desde hace dos años aletargado y que pretende diseñar el futuro de Pontevedra para los próximos veinte años.

Una de las previsiones de mayor calado que ya se han planteado en los estudios previos apunta a reordenar de forma rotunda la red de equipamientos e infraestructuras ciudadanas, mediante su traslado, en la mayor parte de los casos, a espacios con mayores posibilidades, o su ampliación en el emplazamiento actual.

En este sentido, el futuro PGOM reservará un mínimo de un millón de metros cuadrados para reubicar (preferentemente en terrenos periféricos del casco urbano) numerosos equipamientos ahora "encajonados" en el casco urbano.

En este sentido se plantea la necesidad de obtener suelo para una nueva ciudad deportiva (250.000 metros cuadrados); trasladar el Estadio da Xuventude (un mínimo de 60.000 metros); cambiar de emplazamiento las sedes de la Policía Nacional, Policía Local y Bomberos (50.000 metros); sacar el parque móvil existente en As Corbaceiras (25.000); o trasladar diversas dotaciones en terrenos de dominio público, como la imprenta de la Diputación, el campo de fútbol de Pontesampaio o la antigua Pontesa, para lo que se necesitaría un mínimo de 30.000 metros cuadrados.

Montecelo

En cuanto a ampliaciones, manteniendo los equipamientos en su ubicación actual, se apuntan unos 40.000 metros cuadrados para futuras ampliaciones de Montecelo y otros 10.000 para extender la estación de autobuses. En este caso, se ha descartado un traslado, pero sí se apuesta por destapar el río de Os Gafos bajo este recinto.

El campus universitario necesitaría 50.000 metros cuadrados más, aunque no necesariamente en el mismo sitio, pero sí en las proximidades.

Al margen de los traslados y ampliaciones de instalaciones existentes, el futuro Plan de Urbanismo apuesta por reservar 200.000 metros cuadrados para nuevos parques urbanos, otros 50.000 para centros educativos, 100.000 más para "otras dotaciones", y 100.000 para zonas verdes.

En materia viaria y de aparcamiento, las principales apuestas apuntan a la ronda urbana, que ocuparía una franja de siete kilómetros de largo y veinte metros de ancho (es decir, 140.000 metros cuadrados), y los aparcamientos disuasorios, asociados a terrenos libres, que se cifran en 300.000 metros más.

En materia de estacionamiento, las previsiones del PGOM establecen la creación de 152.000 plazas, de las que un mínimo de 40.000 serán públicas. Estos criterios no concretan más detalles al respecto, pero todo apunta a que al menos 110.000 plazas estarían vinculadas a los garajes de las futuras viviendas.

Las cifras anteriores se refieren a los denominados "sistemas generales", que tienen vocación de atender a todo el municipio. A esas cantidades habría que sumar las dotaciones locales y en el rural. En el primer caso se pretende disponer de 1.030.000 metros cuadrados para zonas verdes y equipamientos, y, con el mismo objetivo, pero en el rural, se reservarán 700.000 metros más.

Todo este amplio cuadro de terrenos ha sido ya planteado a la Dirección Xeral de Urbanismo de la Xunta, que ha mostrado su acuerdo con la "liberación" de terrenos costeros y fluviales, pero ha planteado reticencias en cuanto a la edificabilidad residencial prevista, tanto en el casco urbano como, especialmente, en el rural, que le parece a la Xunta "más potencialmente desajustada" en cuento al suelo urbanizable.