La "complicada transición" anunciada por la administración sanitaria gallega, y que deberán padecer los ciudadanos del área viguesa en tanto no se construya, allá por 2012 -en el mejor de los supuestos-, el nuevo hospital de Valladares-Beade, está ofreciendo signos preocupantes en las situaciones de colapso que viven, cada vez con más frecuencia, los servicios de urgencias del Xeral y del Meixoeiro. Ayer por la tarde le tocó el turno a este segundo, en donde los pacientes que acudieron al servicio debieron enfrentarse, a pesar de sus molestias y dolencias, a demoras que superaron las cinco horas.

La situación resultó tan desesperada que el jefe del servicio se vio obligado, incluso, a escribir en un papel -que colgó bien visible en la atestada sala de espera- la cuantía de horas de espera a la que se enfrentaban los pacientes. En este caso puso "5".

Situación angustiosa

La situación, no por repetida, deja de ser angustiosa. El servicio de Urgencias del segundo hospital más grande de la ciudad ofrecía ayer por la tarde las tristemente ya célebres escenas de camillas y sillas de ruedas con enfermos por los pasillos, la sala de estar rebosante de pacientes y los familiares desesperados ante una situación difícilmente comprensible.

Los responsables sanitarios esgrimen que estos colapsos responden a situaciones achacables a rebrotes de gripes o de afecciones respiratorias provocadas por las bajas temperaturas, algo que muchos pacientes y profesionales niegan y aseguran que sólo es atribuible a una mala organización y gestión sanitaria. "Los servicios de Urgencias están obsoletas y hay que contratar a más personal", razonaba ayer un profesional sanitario

El pasado 1 de febrero, el responsable del servicio de Urgencias del Xeral, que debió hacer frente a otra avalancha de pacientes, recomendaba a la ciudadanía en general "colaboración" y que evitase el acudir a la unidad si no se trataba de un caso urgente.

La media diaria de enfermos que ven los médicos de Urgencias se sitúa en los 350 o 400.