Fuentes jurídicas indicaron que la condena de los cinco acusados, los argelinos Mohamed Taharaoui, Smail Boudjelthi, Ali Kaouka, Souhil Kaouka y Mohamed Amine Benaoura, se ha producido por los delitos de pertenencia a banda armada y falsificación de documento público. El fiscal también les acusaba de un delito de terrorismo y de tenencia de explosivos, ilícitos por los que han sido absueltos.

A pesar de que tras ser detenidos quedaron en libertad por la Audiencia Nacional, todos ellos volvieron a prisión tras recibirse un informe del FBI en el que se afirmaba que con las sustancias intervenidas a los detenidos se podía fabricar napalm casero. Además, se les incautó un teléfono manipulado de forma similar a los que se utilizaron en los atentados del 11-M.