Christian Streiff asumió ayer las riendas de PSA Peugeot Citroën en sustitución de Jean-Martin Folz con el desafío de sacar al grupo automovilístico francés de las dificultades que atraviesa.

Streiff, de 52 años y antiguo "número uno" efímero de Airbus, fue nombrado presidente del directorio por el consejo de vigilancia de PSA, según informó el grupo en un comunicado, en vísperas del anuncio de los resultados anuales del constructor.

Otros tres nuevos miembros del directorio, nombrados también por un período de cuatro años, son Gilles Michel, que pasa a ser el responsable de la marca Citroën, en sustitución de Claude Satinet, que se jubila; Gregoire Olivier, que se encarga de Programas, y Roland Vardanega, de Operaciones.

Olivier era hasta ahora presidente de Faurecia, fabricante de equipos para el sector y filial de PSA. El actual director financiero de Faurecia, Yann Delabriere, será propuesto como sucesor de Olivier al consejo de administración el próximo 16 de febrero.

Al frente de la marca Peugeot, Fredéric Saint-Geours completa el directorio de PSA Peugeot Citroën.

Además, Robert Peugeot, "número uno" del "holding" de la familia del mismo nombre, ha ingresado en el Consejo de Vigilancia del fabricante automovilístico.

El consejo rindió tributo a Folz, que se jubila, "por su contribución muy fuerte al desarrollo del grupo desde 1997".

Al tomar posesión de su cargo, Streiff anunció la creación de una nueva organización, "simple y operacional", que permitirá "tomas de decisión rápidas para

reencontrar lo antes posible el crecimiento y la rentabilidad".

Se trata del comité de dirección general, nuevo órgano ejecutivo de PSA que se compone de los cinco miembros del directorio y de cinco directores que dependen del presidente.

Son Isabel Marey-Semper (estrategia e innovación), Sylvie Rucar (finanzas e informática),

Jean-Luc Vergne (recursos humanos), Jean-Claude Hanus (asuntos jurídicos, relaciones institucionales) y Liliane Lacourt (comunicación).

Además de ese comité, dependerán igualmente de Streiff cuatro funciones operacionales (China, Mercosur, Compras y Repuestos), y la dirección de directivos.

Los inversores en la Bolsa de París celebraron la llegada de Streiff al frente del constructor, cuya cotización subió un 2,56%.

El grupo automovilístico anuncia hoy sus resultados de 2006, que, según los analistas, serán un 30% inferiores a los del ejercicio anterior.

El grupo francés ha sufrido una erosión de cuota de mercado en los últimos años. En 2006 sus ventas bajaron en número un 0,7% con 3,36 millones de vehículos, y para este año, debido a la fuerte competencia, prevé que el mercado estará en los mismos niveles.

Desde que en noviembre pasado se anunció su nombre en sustitución de Folz, Streiff ha tenido tiempo para tomar la temperatura a la empresa y hacerse una idea precisa de uno de sus principales desafíos: aumentar la tasa de utilización de las fábricas europeas con modelos que ofrezcan buenos resultados comerciales.

La racionalización que ha llevado a cabo la compañía ya se ha traducido en la reducción de la plantilla en 10.000 personas durante el pasado año.

Otro de los temas clave será poner presión en el departamento de investigación para acelerar proyectos de innovación en curso como los motores híbridos eléctricos-diesel

El nuevo presidente, que pasó 24 años en el grupo de materiales de construcción Saint Gobain y tuvo un paso fugaz de tres meses en Airbus el pasado verano preparando un plan de ajuste para hacer frente a la crisis del fabricante europeo de aviones, llega al grupo automovilístico precedido de una fama de directivo duro.

Los sindicatos franceses, que han tenido ya varios contactos con él, no se hacen ilusiones sobre las medidas de reorganización que vaya a poner en marcha.

La presidencia de PSA es su primera experiencia en el mundo del motor, después de haber rechazado en 1999 el puesto de "número dos" de Renault.