Política Territorial insiste en el buen ritmo de las obras, al tiempo que señala que en la primera fase importante de actuación, entre Ribadumia y Sanxenxo, sólo queda un tubo por colocar, además de rellenar las zonas en las que se actuó y echar el firme. Según la Consellería, la obra tenía que acometerse de esta forma y era impensable realizar la sustitución de los tubos por tramos ya que después sería muy complicado que la capa asfáltica fuese homogénea.

De ahí que se decidiese actuar en todo el tramo por un igual, es decir realizando las zanjas, colocación de tubos, rellenos y finalmente la capa asfáltica.

Además se subraya la complejidad de la obra.

Por otro lado, Política Territorial emitió ayer un comunicado en el que se mantienen las esperanzas de adelantar la apertura de la vía antes de Semana Santa. Esta previsión podría cumplirse, dicen, "de seguir contando con buen tiempo y seco". Si es así, aseguran, "el primer trecho, desde la PO-531, en las proximidades de la AP-9 hasta Ribadumia, estará en servicio en la segunda quincena de marzo, mientras que el segundo tramo, de Ribadumia a Sanxenxo, actualmente cerrado y en obras, podría abrirse en la primera quincena de marzo.

Seguridad

La Xunta insistió en que la seguridad ha sido la primera premisa que tuvo en cuenta el departamento de Política Territorial para determinar el cierre de la vía rápida de O Salnés, el 5 de diciembre, día en el que Mantenimiento observó el primer repisamiento del firme "e inmediatamente se llamó a la Guardia Civil de Tráfico para que procediera al corte", afirman.