La Hospedería da Casa do Mar de Vigo "en ningún caso cerrará", pero ya no funcionará como lo hace desde 1975. Vicepresidencia matizó ayer que se combinará la atención a marineros e indigentes.

El departamento autonómico reacciona así a las manifestaciones realizadas por los sindicatos, Apostolado del Mar, Federación Nacional de Familias y Asociación Rosa dos Ventos, que advirtieron a la Xunta que la hospedería exclusiva para marineros es un derecho reconocido por el Gobierno en el convenio firmado con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Bienestar de la Gente del Mar.

Desde la Vicepresidencia negaron ayer el cierre aunque no explican cómo compatibilizarán ambas funciones, remitiéndose a una nota emitida en octubre del año pasado. Para empezar, cambiará su histórico nombre por el de "Centro de Emergencia Social", y tras una inversión de 250.000 euros, "contará con 15 habitaciones dobles con capacidad para albergar a 30 personas de forma simultánea". Y mantendrá, añade el comunicado, "los servicios de atención a los naufragios propios de una hospedería del Mar".

Ubicada en la cuarta planta de la Casa do Mar, la hospedería dispone de 18 habitaciones, una de ellas reservada para víctimas de naufragios. Sus huéspedes deben acreditar su condición de tripulantes para conseguir una habitación, que sólo podrán ocupar una semana como máximo. Los precios van desde los 6,42 euros día por una habitación individual, a los 8 euros por una doble. También ofrece a los tripulantes no alojados un servicio de duchas por 2 euros.

Pese a lo argumentado en su día por la secretaria xeral de Bienestar, María Xesús Lago -"baja ocupación"-, la llegada y salida de huéspedes en la Casa do Mar es una constante. La Cooperativas de Armadores, contraria a esa reconversión del centro, envió a finales del 2006 una carta a la Xunta recordándole la singularidad de sus usuarios: "Un colectivo que trabaja en lugares muy distantes de sus casas, que cuando desembarcan por cualquier motivo, esperan en el mismo puerto hasta que vuelvan a embarcar, ya sea en el mismo buque u en otro distinto",

Las obras anunciadas por Vicepresidencia ya comenzaron. Personal del servicio -formado por cuatro camareras, una ordenanza y un bedel- rechazan la acogida de indigentes, y se preguntan cuántas camas se dedicarán a este sector de la población y cuántas a marineros. "Así, mal va a funcionar".