Asistimos todos los españoles demócratas al último atentado terrorista cometido por ETA con el resultado como es conocido de la muerte de dos personas. Me da la impresión, y solamente la impresión, de que estas víctimas no causaron el mismo dolor como si se tratara de personas españolas, lo cual, si mi impresión fuese cierta, sería una mequindaz por nuestra parte ya que se trata de dos seres humanos independientemente de su nacionalidad y esta impresión que me causa viene fundada por el hecho de que en otros atentados cuando se ha tardado en localizar los fallecidos recuerdo que siempre se hablaba de víctimas o posibles víctimas del atentado. En esta caso se utilizó siempre el término desaparecidos, creo que el uso de este término peca de demasiada prudencia ya que si los dos ecuatorianos, para su suerte, hubieran abandonado el estacionamiento del aeropuerto, lo primero que hubieran hecho sería ponerse en contacto con sus familiares; al no ser así, y vista la magnitud del atentado, es indiscutible que independientemente de que se localizasen sus cuerpos o no, eran víctimas.

Como considero que en este tema del terrorismo no debe hacerse política en la reflexión que voy a pasar a indicar no mencionaré a ningún partido político, pero a los que tanto criticaron y por desgracia para todos tuvieron razón (razón no en sus críticas sobre la forma de llevar el proceso sino en que acertaron en el augurio de que ETA no tenía voluntad verdadera de consensuar la paz), pero a estos mismos y a todas las personas en general les pregunto: ¿Si cualquiera de ellos tuviera responsabilidades de Gobierno y les ofrecieran la más mínima posibilidad de alcanzar la paz, no lo intentarían? Se estuvo intentando hacer creer a la ciudadanía que el Gobierno estaba haciendo concesiones, entregando territorios, etcétera, cuando ellos mismos sabían que esto no era cierto; no hace muchos días un periódico nacional publicó un comparativo de las concesiones realizadas por el gobierno de turno en esta y la anterior tregua, a modo de ejemplo el acercamiento de presos que en ésta no se produjo y en la anterior se acercaron presos.

Creo que es un ejercicio de irresponsabilidad manifiesta el seguir intentando arañar votos con este tan delicado tema ya que pidieron la comparecencia del Presidente del Gobierno en el Parlamento para dar explicaciones, cuando considero que las explicaciones ya las dio ETA al poner la furgoneta bomba.

Creo que es hora de unirse todos y tratar de luchar contra esta lacra y si los que tanto critican al Gobierno tienen la "varita mágica" que no duden en sacarla, los españoles sabremos agradecérselo.

José Manuel Pérez Pérez o A Cañiza