La petición fue aprobada con 13 votos a favor y 11 en contra en una reunión de la Comisión, que cuenta con 25 miembros. La presidenta de la Kneset, Dalia Itzik, asume, a partir de ahora, las funciones del jefe del Estado.

Katsav, quien ayer proclamó su inocencia en una tumultuosa comparecencia ante los medios, ha pedido ser eximido por un período de tres meses, según la ley, mientras el fiscal general, Menajem Mazuz, decide si abre un juicio contra él.

La suspensión de Katzav no va a satisfacer a gran parte de la clase política y de la opinión pública que desean su dimisión o que sea destituido por el Parlamento porque el debate está dañando la institución presidencial.

Paralelamente a la reunión de hoy en la Comisión, 30 parlamentarios de distintos partidos, 10 más de los que exige la ley para iniciar este proceso, firmaron una carta pidiendo a la Comisión de Asuntos Internos que ponga en marcha el procedimiento de destitución.

La diputada Zehava Gal-On, jefa del grupo parlamentario del partido progresista Méretz-Iájad e iniciadora del proceso, se quejó tras la votación de la Comisión que "en lugar de que el acusado de violación esté entre rejas, seguirá siendo presidente".

Gal-On protagonizó, antes de la votación, una dísputa con la presidenta de la Comisión, Rujama Abraham, del derechista Likud (el partido de Katzav), porque exigía que en vez de contemplar la suspensión del presidente se debatiera sin transición su destitución.

Para que la destitución sea efectiva deberá aprobarla el pleno del Parlamento con el voto del 75 por ciento de los diputados, esto es 90 de sus 120 legisladores.

Pero muchos políticos, y la mayor parte de la opinión pública, piden que Katzav dimita simple y llanamente. Según una encuesta que publica hoy el diario Yediot Aharonot, un 71 por ciento de los israelíes exigen que el presidente renuncie de inmediato.

Mientras tanto, está en marcha el proceso judicial que podría desembocar en el procesamiento del jefe del Estado.

La presentación de la acusación contra el presidente depende aún de una audiencia preliminar con el fiscal en la que Katzav tendrá oportunidad de exponer sus argumentos y presentar sus pruebas.

Mazuz, al que Katzav acusó duramente ayer por -según dijo- haber filtrado información a los medios, se negó hoy a comentar la intervención del presidente con el argumento de que "no quiere que sirva para la diversión de las masas".

La comparecencia de Katzav, que arremetió con ira contra la prensa, la Fiscalía y la policía, ha causado una verdadera conmoción en Israel.

"Todos son culpables menos él. El presidente contra todos", titula hoy el diario popular Maariv y el también sensacionalista Yediot Aharonot escribe en la misma línea: "culpable todo el mundo".

Maariv cita a amigos de la ex colaboradora del presidente que presuntamente fue violada por él -y cuya identidad, como la del resto de las 14 acusadoras de Katzav, no se conoce- quienes dicen que la mujer considera "miserable" que el jefe del Estado la "humillara con su intervención después de lo que ya le hizo".

El ministro de Seguridad Interior, Avi Dichter, ha exigido a Katzav que se disculpe ante la policía por las acusaciones vertidas contra ella.

"El presidente puso en tela de juicio el comportamiento de policías que trabajan día y noche por la seguridad del país", dijo el ministro responsable de las fuerzas de seguridad.

Los abogados del presidente, que no prepararon con él su intervención de ayer y la siguieron con gesto preocupado, no han querido comentarla, pero la prensa israelí cita allegados suyos que afirman que están disconformes con los ataques lanzados por Katzav.

El debate suscitado en Israel por el caso Katzav es tal que la ministra israelí de Educación, Yuli Tamir, ha ordenado a los maestros que hablen con sus alumnos del asunto.

El presidente, mientras tanto, ha anunciado que, durante el período de la suspensión, marchará a su pueblo de origen, Kiriat Malaji, con su mujer Guila, quien ayer estuvo a su lado en la comparecencia ante la prensa.