X. A. Taboada / Santiago

La Dirección General de Tráfico ha comenzado a revisar el proceso sancionador con el objetivo de agilizar el cobro de las multas y ejecutar las sanciones correspondientes a los conductores que cometen alguna infracción. Con el actual procedimiento, el cobro de una multa puede demorarse hasta unos dos años y por eso se le quiere dar la vuelta al sistema, para que la sanción sea ejecutada "de forma inmediata". "Primero pagar y luego ya habrá tiempo para los recursos y las garantías", resumió ayer en Santiago el director general de Tráfico, Pere Navarro, la filosofía que ampara esta revisión.

Navarro acudió ayer a la capital gallega para participar junto a las conselleiras María José Caride (Política Territorial), Laura Sánchez Piñón (Educación) y María José Rubio (Sanidade) en la presentación del Plan de Seguridade Vial de Galicia -elaborado por la Xunta- . A su término, informó de que un "grupo de sabios" ya se había puesto a revisar todo el procedimiento sancionador con el plazo de un año para presentar sus conclusiones.

Argumentó que la actual norma es "muy garantista" y que da pie a que cualquier proceso sancionador por parte de Tráfico se "dilate mucho" en el tiempo. De hecho citó la existencia de las "empresas quitamultas", especialistas en recurrir los expedientes pero no cuestionando las sanciones en sí, tal como explicó Pere Navarro, sino el procedimiento de notificación.

Añadió el director general de Tráfico que después de la implantación del carné por puntos y del aumento del número de radares, la revisión del proceso sancionador es ahora el "problema pendiente".

Como reflexión, Navarro aludió a la reforma ya puesta en marcha en Portugal, donde las multas se cobran al momento -ya que los agentes disponen de una terminal digital- y en caso contrario, al infractor se le retira el permiso de conducir y se le sustituye por otro provisional con una validez de quince días, plazo en el que debe abonar la sanción.

"Este sistema funciona", dijo Navarro, sin ánimo de pretender trasladar a España el modelo de Portugal.

z Navegador GPS. El director general de Tráfico admitió ayer que la manipulación del navegador durante la conducción es "peligrosa" y no descartó que en un futuro se pudiese prohibir su uso con el coche en movimiento. Pero aclaró que de momento considera suficiente con la "recomendación" de que no se manipule mientras se conduce, dado el "grave riesgo" de distracción que supone y, en consecuencia, de tener un accidente.

Pere Navarro considera que la sociedad ya es "madura" y que con una advertencia es suficiente: "Es un tema de sentido común, ya que es una distracción evidente, con lo cual recomendándolo debería ser suficiente para que la gente lo entendiese".

Preguntado sobre si se hará lo mismo que con el móvil -prohibir su uso al piloto mientras conduce- respondió que "probablemente, algún día, si no se hace caso de la recomendación y se constata que es un grave problema habrá que plantearse lo mismo que con los móviles". "Si el teléfono móvil no lo puedes usar con las manos, no deberías poder programar el navegador con las manos. Pero tampoco queremos prohibir y prohibir", dijo.

z Pesimismo sin motivo. Pere Navarro destacó que el Plan de Seguridad Vial de la Xunta, que pretende reducir un 40% el número de muertos hasta 2010, será "una referencia" para otras autonomías como Baleares, Comunidad Valenciana y Baleares, que están a la espera de los resultados del mismo. En la presentación pública del plan, el director general de la DGT aseguró que no está justificado el "pesimismo crónico" de los gallegos sobre sus problemas de seguridad vial achacados a peculiaridades como el elevado número de carreteras secundarias, la climatología o la dispersión poblacional. En este sentido, se refirió a la evolución de fallecidos en accidentes entre 2000-2005, que descendieron un 17% en España y un 19,6% en Galicia, por lo que insistió en que esta comunidad no tiene motivos para ser pesimista. "Las cosas no van mal,", subrayó.

z Traspaso de competencias. Navarro evitó referirse a si la transferencia de competencias de seguridad vial a Galicia ayudaría a mejorar los datos de siniestralidad, pues dijo que es "un debate de mayor nivel político" que no es competencia de su departamento.