Durante su testimonio, la dirigente de los ´populares´ vascos, entonces secretaria personal del concejal del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, recordó que el 23 de enero de 1995 se encontraba comiendo con Ordóñez y otros tres compañeros en el restaurante ´La Cepa´, ubicado en el barrio viejo de San Sebastián. "De repente vi una pistola sobre su cabeza, inmediatamente se disparó. La cara de Gregorio, por supuesto, cambió completamente", explicó.

"En ese instante, la persona que le había pegado el tiro salió corriendo y yo salí detrás suyo. A la salida, se cayó, y me di cuenta de qué hacía yo corriendo detrás del asesino. Entonces, volví a entrar en el bar", señaló San Gil, que comentó que la bada terrorista había amenazado directamente al edil popular en varias ocasiones.

A pesar de ello, la presidenta del PP vasco, que señaló que no podría identificar físicamente al asesino del edil, subrayó que Ordóñez no llevaba escolta, puesto que la Consejería de Interior lo había rechazado. No obstante, indicó que "en esos años era imposible pensar que en el casco viejo de San Sebastián viniese alguien a pegarte un tiro".

ARROPADA POR EL PÚBLICO.

San Gil abandonó la Sala, cruzando su mirada sin amedrentarse con la de "Txapote", y se incorporó al público, donde recibió múltiples muestras de cariño. Familiares de otras víctimas del ex jefe del aparato militar quisieron estar presentes en la vista oral, entre ellas figuraba la viuda y el hijo del abogado asesinado por ETA Fernando Múgica, Mapi de las Heras y José María Múgica, y la hermana del concejal popular asesinado por la banda terrorista Miguel Ángel Blanco, María Mar Blanco.

Todos ellos arroparon también a la viuda y la hermana de Ordóñez, Ana Iribar y Consuelo Ordóñez, quienes se mostraron visiblemente emocionadas durante el juicio. También les acompañó el portavoz de Justicia del PP en el Congreso, Ignacio Astarloa, el presidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, la portavoz del grupo municipal del PP de San Sebastián, María José Usandizaga, y el presidente de Nuevas Generaciones del PP, Nacho Uriarte, entre otros.

Nada más comenzar la sesión, el ex dirigente etarra se negó a contestar a las preguntas del fiscal Ignacio Gordillo, al afirmar que ni reconocía "la legitimidad" del tribunal para juzgarle ni quería formar parte de "este teatro". "Txapote", que se mantuvo impasible durante el relato de San Gil, será devuelto el próximo 15 de diciembre a las autoridades francesas para que cumpla su condena de 10 años de prisión por asociación de malhechores.

"CRUEL, COBARDE Y A TRAICIÓN".

Por su parte, el fiscal Ignacio Gordillo mantuvo su petición de 30 años de cárcel para "Txapote" por un delito de asesinato en concurso con otro de atentado con las agravantes de premeditación y disfraz, al considerar acreditado que asesinó de manera "cruel, cobarde y a traición con un tiro en la espalda" a Ordóñez, quien en esos momentos, según dijo, era "una persona joven de 36 años, con un gran futuro profesional y que cumplía su trabajo en el Ayuntamiento de San Sebastián".

El fiscal señaló que "a pesar del tiempo transcurrido, Gregorio sigue en la memoria de todos. Cuando ETA mata a un concejal, lo hace con independencia de su signo político", frase que cada vez que pronunció levantó murmullo de escepticismo entre el público asesistente al juicio. "Con este asesinato, ETA intentó amedrentar, intimidar y callar al resto del pueblo, iniciando una campaña contra concejales como forma de amedrentar a la clase política", agregó.

Asimismo, el representante del Ministerio Público pidió a la Sección Primera de lo Penal de este tribunal que imponga al acusado la prohibición de acercarse durante 10 años, una vez que sea excarcelado, a la residencia de los familiares del concejal asesinado. También pidió a la Sala que se le condene a indemnizar a éstos con 300.000 euros.

Respecto a la prueba de cargo, el fiscal se refirió a la declaración del que fuera integrante del "comando Donosti" Valentín Lasarte, encargado de vigilar los horarios y las costumbres del concejal popular. En su comparecencia, Lasarte se limitó a señalar que conocía a "Txapote" por ser militante de ETA y que participó en el atentado contra Ordóñez como colaborador. En cuanto a los detalles, aseguró que no los recordaba, puesto que habían "pasado muchos años".

Ante su falta de memoria, el tribunal le recordó, leyendo su declaración, que en marzo de 2006 manifestó en la Audiencia Nacional que "Txapote" y el etarra Juan Ramón Carasatorre, "Zapata", le pidieron que vigilase la actividad del edil para atentar contra él. También declaró entonces que, tras conocer sus movimientos, se reunieron en un piso en el barrio del Gros para decirles que ese momento era el adecuado para asesinarle.

TESTIGOS PRESENCIAL.

El fiscal Gordillo también aludió a las declaraciones ofrecidas hoy por varios testigos que presenciaron el asesinato de Ordóñez, entre los que estaban Enrique José Villar Rodríguez de Hinojosa, una de las cuatro personas que se encontraban comiendo con el concejal. Villar relató por videoconferencia que cuando le dispararon escuchó "un ruido" y, a continuación, vio a San Gil gritando y a Ordóñez en el suelo sangrando. "Ordóñez cayó muerto hacia atrás y San Gil salió detrás del asesino", añadió.

En sus respectivos informes, las acusaciones populares, que ejercen el PP, la AVT y el Ayuntamiento de San Sebastián, coincidieron en destacar la relevancia de la declaración del coimputado Lasarte como prueba de cargo para enervar la presunción de inocencia del ex dirigente de ETA.

El abogado de la AVT, Juan Carlos Rodríguez Segura, subrayó que ese día murió "un héroe español. Un luchador por las libertades y por la paz". "Gregorio sigue hoy presente en la mente de todos los españoles. Era un representante de la lucha por el estado de Derecho. María ocupa hoy el primer puesto en la lucha por las libertades", afirmó.

ENTREGA A FRANCIA.

El ex jefe del aparato militar de ETA será entregado el 15 de diciembre a Francia para cumplir la condena que tiene pendiente en el país vecino. "Txapote" fue detenido en 2001 y fue entregado a España durante un año el pasado mes de diciembre para ser juzgado, entre otros, por los asesinatos de los concejales del PP Gregorio Ordóñez, Miguel Ángel Blanco y José Luis Caso, el abogado Fernando Múgica, el jefe de la Policía Municipal de San Sebastián Alfonso Morcillo y el brigada del Ejército de Tierra Mariano de Juan Santamaría.

El etarra ha sido condenado, entre otras penas, a 82 años de cárcel por el asesinato de Múgica, 50 años por el de Miguel Ángel Blanco, 29 años más por la muerte del sargento Morcillo, 33 años por el asesinato de De Juan Santamaría y fue absuelto por falta de pruebas de la muerte del concejal del PP José Luis Caso en diciembre de 1997. El terrorista también ha sido condenado a 18 años de prisión por destruir la discoteca Txitxarro, en la localidad guipuzcoana de Deba, con dos bombas colocadas el 10 de septiembre de 2000.

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