Óscar Soto Bouzas, aficionado céltico residente en Madrid, será juzgado hoy por unos incidentes acaecidos en el Real Madrid-Celta del 31 de mayo de 2003, que concluyeron con un agente de policía lesionado de consideración y otros tres con lesiones leves. El fiscal pide cuatro años y tres meses de cárcel para él por un delito de atentado a la autoridad (18 meses), uno de resistencia (9 meses), uno de lesiones (18 meses) y tres de falta con lesión (2 meses cada uno); la acusación particular solicita tres años; la defensa quiere la libre absolución.

Los hechos se produjeron durante el descanso de aquel choque. Soto, sentado en la zona acotada para los hinchas célticos en la Torre Norte del Bernabéu, bajó a los urinarios atravesando la zona de la afición local. Al volver, una policía le indicó que no podía seguir ese camino. Soto le pidió que lo dejase pasar, ya que el camino alternativo era más largo y tenía el tobillo dañado. La policía se lo permitió. Después, Soto se sentó en una silla, "a descansar", según él. La madridista que ocupaba ese asiento regresó y exigió que se levantase. La policía que anteriormente había charlado con Soto quiso que la acompañase al vomitorio. Aquí las versiones comienzan a diferir.

Según la policía, la actitud del céltico obligó a que se acercasen varios efectivos. En el forcejeo, Soto dio un "manotazo" a un agente, que rodó por las empinadas escaleras de la grada. El joven niega, en cambio, haberse comportado de forma violenta y cree que ese caída pudo producirse de forma fortuita. "Un amigo me dijo que había visto que un policía, al intentar darme a mí, había alcanzado a su compañero".

El abogado de Soto había solicitado el vídeo de seguridad en el que se habían grabado los incidentes, pero le han respondido que esa cinta se empleó para grabar las imágenes de un partido posterior. También hay discrepancias respecto a los partes de baja del policía siniestrado, que quedó incapacitado durante 420 días, según un documento, y 120 según otro que maneja la defensa. Aunque seguro de su inocencia, el celeste se confiesa "nervioso" ante el juicio.