Tanques británicos derribaron ayer los muros de la cárcel central de Basora (en el sur de Irak) y liberaron a dos presuntos agentes secretos británicos que habían sido detenidos horas antes acusados de disparar a dos policías iraquíes. Durante esta acción se habrían escapado unos 150 prisioneros iraquíes, según informaron testigos presenciales.

Un brote de violencia había estallado a primera hora del día cuando un grupo de manifestantes lanzó piedras y cócteles molotov contra tanques británicos. En el choque varios soldados británicos resultaron heridos y al menos otras cuatro personas fallecieron.

Basora, la segunda ciudad más grande de Irak, situada a unos 550 kilómetros al sur de Bagdad, es la sede de un contingente de 8.500 soldados británicos emplazados en el sur del país después de la invasión de marzo de 2003. Los dos detenidos británicos fueron trasladados al Departamento de Delitos Graves, según señaló Ismail al Waili, jefe del Comité de Seguridad de Basora.